Fotografías las indispensables.
Y para que quede más claro, "pocas fotos".
Con el móvil, en cambio, la instrucción es mucho más clara y contundente: "no móvil". Debe ser un instrumento más nocivo para el reposo y la paz interior. Coincido con ello.
Un mensaje curioso el de las fotos, pero que en el fondo huye de prohibiciones y deja en manos del visitante el respeto por la intimidad del templo. Estamos tan acostumbrados a que o bien nos permitan o bien nos prohiban hacer cosas, que uno acaba sintiéndose extraño ante mensajes tan subjetivos. Quizá nos iría mejor así, sin tener que ceder nuestros derechos y nuestros deberes a los demás. Al menos de esta forma estaríamos obligados a practicar el respeto por ellos.
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