La arena húmeda de la playa,
los pies descalzos
y las olas que borran
las huellas, todo rastro
en su vaivén.
Sólo cabe avanzar,
cogidos de la mano,
la mirada en la esperanza
y soñar en construir
una pequeña cabaña
de madera y confianza,
que nos dé cobijo,
al abrigo del viento,
con una ventana
que se abra a las mañanas,
cada día, para los dos,
hasta el fin de los tiempos.
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(Felices Reyes Magos)
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