Yo no necesito días
ni horas para conocerte.
Después de ti sobra el tiempo.
Pura, así, para abarcarte,
no necesito ni el aire
para respirar y amarte.
Soy esclavo de tus ojos.
Renaces a cada instante,
tu desnudez me sublima,
me licua al abrazarte,
me destruye, me aniquila.
Por ti vivo en el alarde,
milagroso e inexplicable,
de no morir al besarte.
Y así, en este estado impávido,
en este limbo gigante,
permanezco fiel y absorto
a tu atracción delirante.
=========================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario