martes, 8 de mayo de 2012

EL GRITO DE MUNCH

El Grito subastado recientemente

Una versión de la obra El grito, pintada en 1893 por el noruego Edvard Munch, ha sido vendido hace unos días por 91 millones de euros. Así se le ha quedado la cara al personaje representado en el cuadro... En los tiempos que corren parece algo inaudito que alguien sea capaz de desenvolsar semejante cantidad de dinero por una obra de arte, por muy bella, icónica y excelente que ésta sea. Y encima lo haga desde el más estricto anonimato. ¿No suena a descarada especulación? ¿Alguien puede imaginar a un amante del arte que sea capaz de tener colgados en la pared de su salón un cuadro y 91 millones de euros? Está claro que se especula con el arte, y mucho. Con ello no quiero quitarle ni una pizca de excelencia a la obra de Munch, que me parece arrebatadora y de un atractivo que llama a lo más hondo de nuestras entrañas.

La versión ahora vendida era la única que quedaba en manos privadas. El propietario era hijo de un vecino del propio Munch, al que el autor regaló la obra. Existen tres versiones más, una en la Galeria Nacional de Noruega y dos más en el Museo Munch, todas en Oslo.

El Grito en la Galería Nacional Noruega

En el cuadro aparece una figura andrógina en el momento de expresar un sentimiento de profunda angustia. No podemos saber que quería expresar el autor con este cuadro, aunque personalmente me inclino por creer que intentaba transmitir su propia estado de desconsuelo y zozobra. Parece ser que Munch tuvo una infancia dura, con la muerte de su madre a temprana edad y el internamiento de su hermana en un centro psiquiátrico. Él mismo pasó por el alcoholismo y los transtornos mentales, y aunque al final de su vida consiguió un merecido reconocimiento a su obra, finalmente murió tan sólo como había vivido.

Miembro del movimiento expresionista, Munch sólia decir que del mismo modo que Leonardo Da Vinci diseccionó cuerpos, él diseccionaba almas. La forma sólo perseguía expresar los sentimientos. El grito formó parte de una serie de obras integradas en lo que se llamó "El friso de la vida", donde también estaban El beso, La Angustia, La Melancolía, La Madonna y otros.

El Beso, de Munch

Melancolía, de Munch


Madonna, de Munch

Sin duda colaboró al éxito y conocimiento universal de esta obra los robos que sufrió. En 1994 fue sustraída la versión de la Galería Nacional que pudo ser recuperada unas semanas después de su robo. En 2004 le tocó al Museo Munch, de donde se llevaron una versión del grito y, por si ello fuera poco, La Madonna del mismo autor. La policía pudo recuperarlos ambos dos años después, con algún que otro deterioro.
Las obras recuperadas del Museo Munch

El grito se ha convertido en un icono popular. En 1961 la revista Time lo utilizó en su portada bajo el título "culpa y ansiedad". También, en la década de los 80, Andy Warhol, el hombre que parece que convertía en propio de la "modernidad" todo lo que tocaba (o más bien "retocaba"), hizo una serie de versiones de la obra.


El grito de Warhol

Otra mirada de Warhol

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