El Grito subastado recientemente
La versión ahora vendida era la única que quedaba en manos privadas. El propietario era hijo de un vecino del propio Munch, al que el autor regaló la obra. Existen tres versiones más, una en la Galeria Nacional de Noruega y dos más en el Museo Munch, todas en Oslo.
El Grito en la Galería Nacional Noruega
En el cuadro aparece una figura andrógina en el momento de expresar un sentimiento de profunda angustia. No podemos saber que quería expresar el autor con este cuadro, aunque personalmente me inclino por creer que intentaba transmitir su propia estado de desconsuelo y zozobra. Parece ser que Munch tuvo una infancia dura, con la muerte de su madre a temprana edad y el internamiento de su hermana en un centro psiquiátrico. Él mismo pasó por el alcoholismo y los transtornos mentales, y aunque al final de su vida consiguió un merecido reconocimiento a su obra, finalmente murió tan sólo como había vivido.
Miembro del movimiento expresionista, Munch sólia decir que del mismo modo que Leonardo Da Vinci diseccionó cuerpos, él diseccionaba almas. La forma sólo perseguía expresar los sentimientos. El grito formó parte de una serie de obras integradas en lo que se llamó "El friso de la vida", donde también estaban El beso, La Angustia, La Melancolía, La Madonna y otros.
El Beso, de Munch
Melancolía, de Munch
Madonna, de Munch
Las obras recuperadas del Museo Munch
El grito se ha convertido en un icono popular. En 1961 la revista Time lo utilizó en su portada bajo el título "culpa y ansiedad". También, en la década de los 80, Andy Warhol, el hombre que parece que convertía en propio de la "modernidad" todo lo que tocaba (o más bien "retocaba"), hizo una serie de versiones de la obra.
El grito de Warhol
Otra mirada de Warhol
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