El origen de la ciudad milenaria de Jaisalmer se remonta
a las tribus de guerreros Rasphut que se asentaron en el lugar. Su nombre
significa “colina fortificada de Jaisal” y debe su nombre a su fundador, en el
siglo XII, el maharajá Rawal Jaisal, que decidió instalar en este lugar la
capital de su estado. Actualmente cuenta con una población de unos 100.000
habitantes y se distingue por su impresionante Fuerte/Palacio situado sobre una
colina que destaca sobre la ciudad extramuros, en medio de una zona desértica
(el desierto de Thar).
La ciudad se construyó en un lugar estratégico de la ruta
de la seda y durante mucho tiempo su principal fuente de ingresos fueron los
mercaderes que tenían que pasar por allí forzosamente en su camino hacia
tierras occidentales. Dentro de las murallas sólo podían vivir la realeza y su
familia con sus sirvientes y los guerreros. Los comerciantes tenían que
instalarse fuera del fuerte, donde fue creciendo la ciudad con preciosas havelis
construídas por los mercaderes más adinerados. Una haveli es una típica vivienda
de la zona del Rajastán. Pueden ser modestas, pero las que hoy se conservan son
en general de gran riqueza arquitectónica. En Mandawa, Bikaner o Jaisalmer se
pueden encontrar fácilmente, rícamente trabajadas en piedra como muestra de su
esplendoroso origen. Hoy muchas de ellas están reconvertidas en hoteles.
Dentro de las murallas del Fuerte de Jaisalmer todavía vive
gente en sus calles llenas de vida, pequeños hoteles, tiendas y preciosos
templos jainís.
Cerca de la entrada principal se halla el antiguo Palacio del
Maharajá, actualmente convertido en museo.
Cuando el puerto de Mumbai cobró vida, la antigua ruta de
la seda a través del desierto fue perdiendo peso y Jaisalmer comenzó a
declinar. La partición de India tras su independencia de los británicos y la
creación de la frontera con Paquistán no muy lejos de la ciudad asentó un golpe
definitivo al lugar que quedó apartado de la capital india y en medio de la
nada. Ha sido el turismo, apoyado por el gobierno indio, lo que ha revitalizado
la ciudad durante los últimos años. Los años de decadencia han dotado al lugar
de un encanto especial con unas imágenes que parece que nos llegan de otros
tiempos.
La cercanía con Paquistán y la pugna que este país
mantiene con India siguen siendo un lastre para Jaisalmer. Un ejemplo es el
aeropuerto militar que hay cerca de la ciudad y que, aunque parece que hay
creciente presión para que ello ocurra, el gobierno indio no ha autorizado para
aviones comerciales. Al estar alejada 800 kms. de Delhi por carretera, no es
fácil llegar hasta aquí. Las carreteras, además, durante cientos de kilómetros
son regulares tirando a malas. Con suerte se puede circular a 80 kms. por hora,
pero durante largos recorridos la velocidad máxima no supera los 50. Yendo a un
buen ritmo diario, lo aconsejable es llegar a Jaisalmer tras tres días de
viaje. Nosotros elegimos la ruta norte, con parada en una encantadora localidad
llamada Mandawa, con unos 20.000 habitantes y unas havelis preciosas que se
pueden visitar, y en Bikaner, ciudad que con cerca de un millón de habitantes
cuenta con un magnífico Fuerte/Palacio que vale la pena visitar. Este es el
principal inconveniente para visitar Jaisalmer, ya que si queremos incluirlo en
nuestra planificación hay que contar con tres días para llegar y otros tantos
para regresar. El viaje se puede recortar un día, ya que Jodhpur, que se
encuentra a 300 kms y donde se puede llegar por carretera a Jaisalmer en unas 6
horas, cuenta con un aeropuerto que comunica con Delhi en apenas una hora de
vuelo. De todas formas, recomiendo el viaje por carretera, ya que las docenas
de pueblos que se cruzan en el viaje aportan una increíble visión del país.
Casas en el Fuerte de Jaisalmer:
Si nuestra intención es viajar por el norte de India,
Jaisalmer debe ser una visita obligada. El esfuerzo que representa llegar hasta
allí vale totalmente la pena. Lo mejor es tener un hotel muy cerca de la
entrada principal al Fuerte o incluso dentro del mismo, ya que las idas y
venidas a las calles del interior van a ser constantes durante los días de
estancia. Preguntando en el hotel se puede conseguir un guía local para hacer una visita guiada por el Fuerte y las
havelis extramuros. Nosotros conseguimos
uno que hablaba bastante bien castellano. Con un guía se puede
profundizar en el conocimiento de la ciudad, los detalles de los templos
jainís, el acceso a las principales havelis, la visita al mercado local, etc.
Jaisalmer, además, cuenta con un lago artificial que se alimenta
de agua de lluvia. El Gadi Sagar lake es un excelente lugar para pasear, con
sus escaleras que llevan al agua, sus barcas de paseo y un templo dedicado a
Shiva. Cuando se construyó, en el siglo XIV, se convirtió en el principal
abastecimiento de agua de la ciudad.
A las afueras de la población se encuentran los
cenotafios de Bada Bagh, un lugar donde se celebraban las ceremonias funerarias
de los antiguos maharajás. Es un sitio apartado con unas magníficas
construcciones que aparecen en medio de la nada y desde las que se puede
contemplar una maravillosa puesta de sol (el lugar es conocido como Sunset
Point)
Para terminar, decir que cerca de la principal puerta de
entrada al Fuerte hay un par de restaurantes recomendados por las guías que
gozan de unas vistas a las murallas impresionantes y donde, aparte de comida
india, se puede disfrutar de buena pasta italiana. Tuvimos ocasión de estar en
los dos y fueron los primeros expresos y capuchinos auténticos de nuestro
viaje. Sus nombres: 1st Gate y The Jaisal Italy.
El Fuerte de Jaisalmer emergiendo de entre la niebla matinal
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Impresionante, lo que debe de ser vivir en un lugar tan hermoso y decadente. Gracias.
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