(Homenaje al 40 aniversario de la creación del cubo de Rubik)
Llevo días dándole vueltas a la intención de reiniciar este blog que de una forma tonta y con miles de excusas dejé de alimentar. Hoy he recibido un comentario a una entrada que hice hace casi tres años, en agosto de 2011 (Mi viejo tocadiscos), que me ha dado el último empujón que necesitaba para pasar a la acción. Un comentario anónimo, quizás realizado desde miles de kilómetros de aquí, lleno de sentimiento provocado por unas palabras que quedaron escritas en este mundo virtual hace tanto tiempo... Sí, vale la pena continuar. Precisamente ahora que cada día descubro en los medios de comunicación nuevos artículos sobre las amenazas de las redes sociales, sobre cómo van a hacer cambiar a peor a las nuevas generaciones, etc., precisamente ahora hay que ser más combativos que nunca y demostrarles a estos defensores de la ortodoxia que no se pueden poner puertas al campo. Estoy convencido de que estos ataques al auge de las redes vienen de personas poco diestras en su manejo. De lo contrario se darían cuenta que el uso de las redes no es ni más ni menos peligroso que el uso de los medios convencionales. ¿O acaso las dictaduras o los malos gobiernos no se han valido durante decenios de la manipulación de la televisión cuando ésta era la reina de la información, o de la prensa escrita cuando les ha convenido? Aún hoy, con la generalización del ideal democrático, aún hoy estoy por descubrir un periódico que no tenga detrás una clara ideología política. ¡Por favor, informen de los hechos y dejen que yo libremente los interprete según mis propias ideas! Esto, que parece tan sencillo, está lejos de estar presente en la información digamos convencional. Entonces, ¿por qué rasgarnos las vestiduras por el contenido de unos tuits en la red? Por supuesto que se puede tergiversar la información en twitter o facebook o en cualquier red, pero ¿los medios convencionales están libres de que ello ocurra?
Hasta lo que yo sé, acceder a la lectura de un blog determinado es un acto que se lleva a cabo en libertad. Algunos pensarán que ocurre lo mismo con la prensa, por ejemplo, pero cuando voy al kiosko a comprar el periódico, ¿con qué oferta me encuentro? Media docena de cabeceras de tirada nacional, una elección muy reducida que aún se reduce más si queremos alejarnos de los extremos ideológicos muy evidentes en determinados casos (incluso en la mayoría...). La oferta en las redes sociales es enorme.
Hace unas semanas por motivos que no vienen al caso sufrí una serie de ataques personales anónimos en la red. No voy a negar que es doloroso ver que eso ocurre y leer el contenido duro de acusaciones que buscan dañarte. Pero no por ello voy a dejar de defender que el potencial del buen uso de los medios virtuales es enormemente superior al dañino. El daño sólo existe si hay personas que dan crédito a la violencia del insulto sin contrastar los hechos, pero eso no dice nada malo sobre mi, si acaso debe ser un motivo de reflexión para los que cometen ese error.
Estos días se habla de una forma negativa del tuit que el servicio de emergencias canario realizó tras recibir noticia de que había un avión flotando en el mar. El tuit daba crédito a la noticia, pero finalmente resultó ser un carguero que transportaba una grúa y que según desde qué angulo se observaba podía parecer la cola de un avión. Se ha criticado mucho este tuit como una forma innecesaria de alarmar a la población. Y lo que yo me pregunto es ¿qué hubiera pasado si realmente hubiera sido un avión caído y precisamente la rapidez de información generada por ese tuit hubiera significado la pronta llegada de un barco de la zona y hubiera salvado a pasajeros y tripulación?. Entonces el tuit se hubiera elevado a la categoría de heroicidad. Desde la asociación de controladores aéreos han manifestado que sobran los mensajes en las redes sociales y se preguntan en qué hubiera contribuido este tuit a la mejora del rescate. Y yo me pregunto ¿en qué la ha perjudicado? ¿Y si ese tuit hubiera significado esa rápida llegada que he comentado, diríamos lo mismo?
También se habla de los crueles tuits que han circulado en relación a la canción que Shakira ha cantado en catalán. No creo que a ella le hayan impactado negativamente. Lo primero porque cuando se escribe desde el fanatismo el potencial daño queda diluido. Lo segundo porque ese mismo fanatismo incrementa la corriente favorable, por lo que se convierte en un amplificador positivo en vez de negativo. La prueba está en el éxito que ha tenido esta canción, convertida en unos pocos días en número uno en descargas en itunes. Una bella canción de amor que la artista canta en el idioma de su pareja. Por cierto, muy recomendable verla también en youtube cantada por Sau y Luz Casal sin ninguna polémica... ¡hace 22 años! (madre mía, cómo ha cambiado el cuento!!)
En conclusión, dejemos que la expresión pueda canalizarse desde cualquier canal y, eso sí, trabajemos cada uno desde su propio conocimiento y criterio por tener ideas propias y por mejorar la capacidad de interpretar la información.
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