lunes, 27 de junio de 2011

EMPLEO PÚBLICO


Por primera vez en la historia reciente de España el empleo público se ha convertido en el sector económico con más plantilla del país.

En el primer trimestre de 2011 el número de empleados públicos ha cruzado la línea del sector que hasta este momento era el que más empleos ostentaba, el de todos las personas empleadas en comercios, talleres de reparación de vehículos y hostelería. Por ilustrar el comentario, hay que imaginarse todas las tiendas, bares, restaurantes, talleres y comercios en general del barrio donde vivimos. Pues bien, a nuestro barrio le corresponde una cantidad aún superior de empleados de la administración. Y no se trata sólo del efecto del descenso de empleados en este sector por motivo de la crisis y el incremento del número de parados, sino que ello se suma al auge imparable de las contrataciones públicas.



El siguiente gráfico extraído de Expansión se ilustra lo anterior:






Una cifra ya ligeramente superior al comercio y la hostelería juntos y que representa un 50% más que los empleados en el sector industrial, un sector que representa el 15% del PIB del país, y casi el triple que los de la construcción, etc.


En mi forma de enfocar el tema, entiendo que el sector público está pensado para dar servicio al resto de los sectores en cuanto a administración de recursos, prestación de servicios, etc. Es como si en una Comunidad de vecinos se decidiera que uno o varios de ellos administraran las finanzas del resto y se encargaran de todos los detalles del mantenimiento del edificio, etc. Lo que no tendría sentido es que el número de vecinos encargados a ese menester superara al de los vecinos que delegaran en ellos esas funciones. Pues es lo que está ocurriendo en nuestro país: el número de servidores del Estado (es decir, aquellos que administran los recursos y los servicios del resto) es ya una un tercio del resto. Por decirlo de otro modo, si no he sumado mal en la tabla anterior, hay 3,2 millones de empleados públicos por menos de 10 millones del resto, es decir: a cada tres cotizantes les toca sufragar el coste de un funcionario público.


No quiero que este comentario se interprete como una crítica a los servidores públicos, nada más lejos de la realidad. Son ellos los que nos atienden cuando estamos enfermos, enseñan a nuestros hijos, nos transportan por pueblos y ciudades, nos defienden en los litigios y dictan sentencia, nos administran el dinero de nuestras cotizaciones y por si todo ello fuera poco, dirigen el país. Lo que critico es que si seguimos por este camino estamos abocados al colapso, dado que ningún país puede soportar un número de funcionarios públicos que represente la mayor fuerza en empleo del país.



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