miércoles, 25 de marzo de 2009

SOBRE LA EVOLUCIÓN

UNA LECCIÓN DE HUMILDAD

(Noviembre 2004)


La conclusión de un artículo que he leído recientemente, en el que se reproduce una conversación entre un periodista y un paleontólogo, es que la evolución de la vida en la Tierra ha tenido una dirección única. Una dirección que ha dado lugar a la aparición del ser humano. Es más, llega a decir que si en otro planeta en el que se dieran las mismas circunstancias que se dieron en la Tierra, se desarrollara vida, ésta acabaría conduciendo a algún tipo de ser muy parecido a nosotros. Por último, como consecuencia de lo anterior, también se afirma que los mamíferos tienen muchas cualidades que los hacen "superiores" al resto de seres vivos del planeta.

Mi punto de vista es radicalmente distinto. No conozco demasiado el desarrollo de los homínidos, pero he leído algo sobre evolución. En primer lugar, suponer que los mamíferos, cuyas cerca de 4.000 especies diferentes representan mucho menos del 1% del total de las especies de animales existentes en el planeta, tienen algún tipo de "ventaja" respecto al resto de seres vivos, es mucho suponer. De entrada decir que existen millones de tipos diferentes de seres unicelulares que, desde hace 3.800 millones de años, no han dejado de prosperar, diversificarse y vivir completamente a sus anchas. Pensar que los mamíferos o el propio ser humano tienen alguna ventaja competitiva respecto a las bacterias es mucho decir. Pero centrándonos en los seres pluricelulares, ocurre exactamente lo mismo. ¿Un hombre es "superior" a un pájaro, como se afirma en el artículo?. Vamos, eso lo decimos como "hombres", probablemente si les preguntáramos a los pájaros dirían otra cosa. Dice el artículo que "parir representa una ventaja respecto a poner huevos". ¿Y si intentamos dejar de verlo desde el punto de vista del ser humano?. Imaginemos qué pensaría una gallina al respecto: si una gallina no pusiera huevos y tuviera que engendrar crías en su seno, ¿qué ocurriría?... ¡pues que no existirían las gallinas! (tendrían que tener un diseño diferente y, por lo tanto, ya no serían "gallinas" como las que conocemos). El ser humano no es precisamente un ejemplo de "éxito evolutivo", teniendo en cuenta que de todos los homínidos que han existido sobre la Tierra sólo sobrevive una sola especie: la nuestra. Podríamos hablar de éxito evolutivo si nos refiriéramos a los escarabajos, de los que hay miles de especies diferentes (el 80% de las especies animales existentes son artrópodos...) o, entre los mamíferos, los roedores, de los que hay docenas de representantes.

Nos cuesta imaginar que aquello que nos define a nosotros como especie no tiene por qué ser el objeto al que deben dirigirse en su evolución todas las ramas de seres vivos. Y yo me pregunto, aunque suene a absurdo, ¿qué haría un abeto con nuestra inteligencia o una araña desplazándose sobre sus dos patas traseras en perfecta bipedestación? (por cierto que en este último supuesto, ¿podemos imaginarnos el cerebro que podría haber conseguido una araña con ¡6 “manos” libres!?). Y hay más especies vivas de abetos y arañas que de homínidos. La inteligencia o cualquier otro atributo de nuestro diseño físico o psíquico, no son fines para la evolución ni para la vida. La vida es algo mucho más simple. Sobre las teclas del ordenador hay más seres vivos que personas habitan la tierra, aunque no podamos verlos con nuestros desarrolladísimos ojos. Seres vivos que ahora mismo están naciendo, desarrollándose, generando descendencia y muriendo. Así de sencillo. Y no vale el tópico que dice que los humanos tenemos que tener algo “mejor” pues “dominamos” al resto de los seres vivos. Me gustaría saber de qué manera “dominamos” a las diferentes especies de hormigas, por ejemplo. Podemos “dominar” un fox-terrier, pero poco más. Tenemos tanto “poder” sobre el resto de los seres vivos, como el que podrían tener algunos “microbios” sobre nosotros.

Las palabras "superior" e "inferior" son un ejemplo del egocentrismo con el que actuamos los humanos. Lo correcto sería hablar de "complejidad", eso sí es aceptable. Pero hay que tener en cuenta que el camino hacia la complejidad es una anécdota comparada con la diversidad de seres vivos que pueblan la Tierra. La evolución de la vida podría representarse en una gráfica de coordenadas en la que en el margen izquierdo tuviéramos la máxima sencillez, es decir, el principio de todo, y hacia la derecha se tendiera hacia la complejidad. Obviamente la evolución no puede tomar el sentido hacia la izquierda, pues la vida no puede ser más simple que los más simples seres vivos existentes. En cambio sí puede caminar hacia la derecha, aumentando en complejidad. Pero la inmensa mayoría de seres lo único que han hecho en los cerca de 4.000 millones de años de posible evolución, ha sido diferenciarse y aumentar en variedad, manteniéndose cerca de la sencillez. Así, las bacterias y el mundo de los protistas, ha llegado a ocupar todos y cada uno de los posibles ecosistemas del planeta. ¡Hay miles de millones de bacterias en cada uno de nuestros propios estómagos! (la llamada "flora intestinal", que conserva su nombre de la época en que las bacterias se adjudicaron al mundo de las plantas..). En definitiva, todos los seres complejos (más complejos que una ameba) no somos más que anécdotas en la diversidad de la vida animal. Y de esas "anécdotas" el hombre no es más que una minúscula ramita.

Gráfica de la Evolución de la Vida:





La vida la definimos como una asociación entre proteínas y ácidos nucleicos que dio lugar a un ente individual y autónomo capaz de aprovecharse de la energía del medio para desarrollar un ciclo de existencia tras el que desaparecer dando lugar a descendencia. Considerado así, no hay más seres “superiores” o “inferiores” que los que nos queramos inventar. Todo lo demás han sido variaciones que han permitido mayor diversidad y complejidad, dando lugar a la aparición de seres vivos capaces de aprovechar nichos de vida y subsistir.

Por otra parte, decir que si en otro planeta del universo se dieran las mismas circunstancias que se dieron en la Tierra hace 4.000 millones de años se llegaría a algún tipo de ser vivo muy parecido a nosotros.... es una afirmación inaudita. En mi opinión nada estaría más lejos de la realidad. Hay una frase de un conocido evolucionista (que por cierto se menciona en uno de los artículos que nos has enviado), Stephen Jay Gould, que me impresionó la primera vez que la leí. S. Jay decía que "si pudiéramos rebobinar la película de la vida sobre la Tierra varios cientos de millones de años atrás y la volviéramos a poner en marcha, probablemente muy poco de lo que hoy reconocemos sobre la faz del planeta sería tal como es". Y si nos quitamos complejos, eliminamos los tópicos y usamos el sentido común, la mezcla de azar con selección natural que explica la evolución tendría a la fuerza que haber dado lugar a resultados diferentes. Por lógica, se partiría de un ser sencillo, capaz de surgir desde los elementos más simples existentes en la base de la vida, y desde ese ser la variedad tomaría el camino de la diversidad y de la complejidad. Todo lo demás sería diferente (sería... o "es", dado que el inimaginable número de estrellas y planetas que existen en el Universo tiene que hacernos pensar que HAY vida en algún otro lugar... Otro concepto que nuestro egocentrismo nos impide ver con toda su lógica).

Pero eso sería ya otro tema…

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