miércoles, 11 de febrero de 2009

SOBRE EL ORIGEN DEL LENGUAJE

SOBRE EL ORIGEN DEL LENGUAJE
(Diciembre 2004)


De entrada, el lenguaje no fue ninguna "invención" que llegó cuando los humanos fueron intelectualmente capaces de realizarla (otra idea preconcebida que se me ha derrumbado, como lo fue en su momento el descubrir que ni siquiera la agricultura fue un invento o una innovación, sino una necesidad). El lenguaje se fue gestando con el tiempo, poco a poco, y fue creciendo conforme lo fueron haciendo los propios humanos, modificando con su uso incluso aspectos físicos de la estructura del cuerpo humano.

Por supuesto que todo son teorías, ya que no no hay forma de confirmar nada al respecto (no se puede hacer un "experimento" para confirmar estos temas), pero probablemente todo empezó por la fuerza del binomio mutación/selección, cuando alguno de nuestros antepasados homínidos fue capaz de controlar algún sonido instintivo. Por ejemplo, los primates actuales emiten sonidos a la vista de un felino y no pueden evitar hacerlo. Probablemente sea un método de defensa del grupo, pero por otra parte es también una forma de ponerse en evidencia y... en peligro. Imaginemos en un pasado remoto que un homínido, por alguna mutación hacía lo contrario, guardara silencio, quizás así tendría más posibilidades de sobrevivir al ataque de las fieras. Los primates actuales también están instintivamente programados por sus genes para emitir sonidos de aviso cuando encuentran alimento. De esa forma, el resto del grupo puede acercarse y disfrutar entre todos del alimento. Hace millones de años, alguno pudo tener un error de programación y permanecer callado al encontrarse con los restos de algún animal muerto. Ello le podría haber permitido aprovecharse él sólo del alimento y le hubiera dado mayores probabilidades de sobrevivir. En fin, son ejemplos de este tipo lo que aparecen en los libros para remontarse al origen. Por lógica, los descendientes de estos homínidos "diferentes" que heredaran estas "diferencias" hubieran también tenido mayores probabilidades de seguir existiendo y reproduciéndose generación tras generación.

Obviamente ésto no era lenguaje ni nada que se le parezca, pero pudo ser el principio del mismo. El lenguaje empezó cuando un antepasado nuestro fue capaz de controlar la emisión de sus sonidos vocales y emitirlos de forma voluntaria. Sin esta premisa, no hay lenguaje posible. Todos los mamíferos emiten sonidos, pero ninguno tiene "lenguaje".

Dando un paso de gigante en el tiempo, podríamos encontrarnos ya con el lenguaje propiamente dicho. Aún se discute si homo neandertalensis o incluso homo erectus eran capaces de articular sonidos como palabras y de "hablar" de algún modo. Lo que está claro es que el homo sapiens sí que fue capaz de hacerlo. Lo primero es clarificar para qué sirve el lenguaje. Si nos hacemos esta pregunta, la respuesta lógica es: para comunicarnos o bien para transmitirnos información. Estas son las únicas respuestas que yo hubiera sido capaz de dar antes de intentar profundizar un poco más en el tema. Pero hay más, mucho más. Resumiendo, el lenguaje tiene tres funciones básicas:

1. La función comunicativa. La que hemos dicho antes, el lenguaje permite comunicar información sobre la realidad.

2. La función interpersonal. Una función muy importante, el lenguaje también permite mantener relaciones interpersonales y la coherencia de grupo. Por ejemplo, cuando le decimos al niño en la cuna: "Gugu, tata, hola, hola, anda cariñito ríete, vidita, gugu, gugu", ¿qué estamos comunicando?. Nada, absolutamente nada. Lo que estamos haciendo es que el niño se sienta bien, arropado, que juegue con nosotros, que participe en la vida social del grupo en el que está inserto. Los enamorados se hablan de amor sin comunicarse ni transmitirse ninguna información, sólo con el fin de reforzar sus sentimientos y su relación. Contamos chistes para mantener una atmósfera agradable, simpática, cálida entre los amigos. Contamos cuentos a los niños para muchas cosas, entre ellas favorecer y estimular su propia imaginación, pero no para comunicarles nada. Y así muchos ejemplos más.

3. La función representativa. Confieso que ésta es la que más me sorprendió descubrir, quizás por evidente, pero nunca había caído en ella. El lenguaje nos permite representar la realidad y organizarla de forma coherente. Es decir, sin el lenguaje seríamos incapaces de "pensar".
Increíble, tan sencillo y tan extraño. El lenguaje no es un invento, sino algo inherente al ser humano. Sin él no tendríamos la capacidad de imaginar, crear, etc. Nuestros sentidos, sobre todo la vista y el oído nos permiten percibir lo que nos rodea, captan las ondas lumínicas y sonoras y, gracias a ello, podríamos movernos por el mundo sin chocar contra las paredes o caernos por el abismo. Nos permiten ser conscientes de las "cosas que destacan" del resto. Un paso más allá es ser capaces de reconocer las cosas que nos son biológicamente útiles, básicamente el alimento. Y estos pasos se van dando si vamos ascendiendo por la escala de complejidad de los seres vivos. Un ejemplo: una rana puede estar frente a un insecto que, si éste permanece quieto, es incapaz de reconocerlo como algo biológicamente útil para ella. Sólo si se mueve, lanzará su lengua para capturarlo. En cambio un chimpancé tendrá una irresistible tentación de tomar entre sus manos todo aquel objeto que encuentre a su alcance y de probar a comer lo que le parezca útil (una manzana "quieta" en el suelo, por ejemplo). Por ello, cuando estamos frente a un perro agresivo lo mejor es permanecer muy quietos, tanto para no parecerle un enemigo peligroso como para no "destacar", no ser un "objeto saliente" del entorno y motivarle a fijar su atención en nosotros. El perro es incapaz de simbolizar en su cerebro algo así como "es una persona lo que tengo delante de mi". En cambio el lenguaje nos permite representar la realidad sin necesidad de ningún otro de nuestros sentidos. No estamos sujetos a la necesidad de reconocer los "objetos salientes" o los "biológicamente útiles", pues podemos imaginárnoslos, representarlos en nuestra mente y, lo más importante, relacionarlos con otros objetos u otros sucesos. Por ejemplo, imaginemos que decimos "la teja de la esquina del techo del cobertizo está a punto de caerse" estamos relacionando objetos (teja, techo, cobertizo), con espacios (la esquina), con momentos (a punto de) y acciones (caerse). ¡Santo cielo, es increíble!. Pero hay aún más. Si nos lo dicen en el salón de casa, tomaremos nota de la información, pero si nos lo dicen cuando estamos pasando por debajo del cobertizo, daremos de inmediato un salto para protegernos ¡sin estar viendo "físicamente" la teja!. En conclusión, el lenguaje nos permite sustituir la realidad por el símbolo.

Pero me he apartado un poco del motivo de este escrito, el origen del lenguaje. Cabe suponer que al principio todo consistió en sonidos y gritos desorganizados y no adaptados por todo el grupo, en momentos muy concretos, por la comida, el fuego, el agua, los peligros. Tampoco hay que desdeñar el lenguaje gestual, que debió ser básico y significativamente mayoritario durante miles de años. Todavía ahora, los gestos son una parte fundamental de apoyo al lenguaje humano. Gestos, gruñido y gritos voluntarios. Hasta que llegaron las primeras palabras. Aquí también estaba yo confundido. Creía erróneamente que los seres humanos empezaron a poner nombres a objetos concretos, por ejemplo un palo o un árbol, para facilitar su mención. No fue así. Por lo que dicen los expertos, al principio, lo primero que se podrían considerar como palabras, fueron sonidos convencionales que el grupo estuvo de acuerdo en adoptar y reconocer, y que describían cosas muy complejas. Por ejemplo, una sólo palabra podía significar "cueva alta y profunda muy adecuada para pasar la noche" ó "río peligroso que no podemos cruzar, por lo que tenemos que seguir buscando otro punto para hacerlo". Hay que tener en cuenta que hace miles de años los seres humanos tendrían muy poco que decirse, aparte de cosas muy concretas como las que acabo de mencionar (otra cosa que me sorprendió cuando la leí, pues tendemos a juzgar el pasado con los conocimientos del presente y si no nos paramos a pensar un momento, podemos caer en la tentación de imaginar a un grupo de homo sapiens de hace 75.000 años sentados alrededor de un buen fuego manteniendo una conversación de cómo ha sido el día, o contándole un cuento al niño para que se duerma...). Pero poco a poco fueron necesitando mayor concreción y fueron "desglosando" esas palabras repletas de contenido en otras más específicas que emitían simplemente con un orden ligado a la realidad (primero el río que no se puede cruzar, después hay que seguir buscando otro paso, y no al revés). Por ejemplo, inicialmente pudo ser suficiente con "comer fruta", pero un día empezaron a concretar, ya que "comer manzanas" es comer una cantidad inconcreta, pero "comer una manzana" es comerse una y punto.

Finalmente apareció la gramática, que empezó a poner orden al número creciente de palabras y conceptos que iban utilizando nuestros antepasados. Tiempos verbales, adverbios, conjunciones, pronombres, etc., fueron ligando con sentido una palabra con otra, con orden y lógica.

Hay aproximadamente unas 6.000 lenguas distintas en el mundo, y todas ellas son igualmente útiles e importantes. Muchas todavía conservan palabras repletas de contenido simbólico. Otras, como la nuestra, han llegado a disponer de sonidos concretos para casi todo lo que nos rodea. Algunas apenas disponen de gramática, simplemente porque no la necesitan. Otras son de una complejidad e inflexibilidad increíbles. Pero al final, todas han sido y son importantes, porque todas han servido y sirven para cohesionar grupos de seres humanos, para simbolizar realidades. Su fuerza está en su propia existencia. Y todas merecen el mayor de nuestros respetos.

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