viernes, 13 de abril de 2012

CAE LA LLUVIA,


Cae la lluvia,como si alguien espolvoreara azúcar
sobre el suelo.
Tintinean estrellitas fugaces
en las baldosas del balcón.
Cae la lluvia
y se abate un silencio de plomo
sobre esta habitación sepulcral.
Es bueno volver al silencio
y obligarnos a escuchar
lo que tenemos que decirnos.
En el silencio estamos solos
y en él apenas cabe algún desliz
medio oculto en el amplio desván
de nuestros recuerdos.
Tenemos mucho que decirnos
y pocas ocasiones para hacerlo.
Llueve, los árboles lo agradecen
contoneando sus ramas con elegancia.
Y yo, ¿por dónde empiezo?

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