lunes, 28 de septiembre de 2015

ALGUNAS CLAVES PARA LEER EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES CATALANAS


Algunas claves para leer el resultado de las Elecciones al Parlament de Catalunya

Sigo sin entender cómo en una democracia que cuenta ya con casi cuatro décadas de recorrido, los medios de comunicación más importantes del país siguen sin ser objetivos en sus crónicas. La forma en la que se está comunicando el resultado de las elecciones catalanas es un buen ejemplo de ello. Hay cosas sobre las que se puede opinar, pero cuando hablamos de cifras, la opinión interesada se convierte en intoxicación cuando no en una falsedad pura y dura. Aquí van algunos ejemplos.

* LOS ESCAÑOS
¿Qué están diciendo los mayoría de los medios?:
"Las posiciones independentistas han visto reducida su presencia en el Parlamento catalán al pasar de 50 escaños que obtuvo CiU en 2012 más los 21 de ERC y los 3 de la CUP (74) a los 62 obtenidos ayer por Junts pel sí más los 10 de la CUP (72), es decir un total de 2 escaños menos"

ESTO ES FALSO
En 2012 sólo un partido político se presentó con la independencia por bandera: ERC, y obtuvo 21 diputados. CiU en 2012 tenía en su programa la convocatoria de un referéndum y no la independencia y obtuvo 50 escaños de los cuales 37 correspondían a Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) y 13 a Unió, partido este último que se ha presentado en solitario a estas últimas elecciones sin conseguir representación parlamentaria. Por tanto, ni los 50 escaños de CiU habría que catalogarlos como independentistas ni ahora, al hacer comparaciones, habría que sumarlos a los de ERC en su totalidad sino sólo los correspondientes a CDC (37).

En las elecciones de ayer los partidos que han apostado por la independencia han conseguido 72 diputados. Esta es la realidad: las opciones independentistas han conseguido pasar de 21 a 72 representantes, es decir, han más que triplicado su presencia. 

Incluso si contempláramos a CDC como partido ya independentista en 2012, sólo deberíamos sumar sus diputados a los de ERC para la comparativa: 37+21= 58 en 2012 por los 62 actuales de Junts pel sí, con un incremento de 4 diputados.

En cualquier caso, los diputados independentistas en el Parlament de Catalunya han aumentado considerablemente.

* LOS VOTOS
¿Qué están diciendo la mayoría de los medios?
"Los independentistas han conseguido sólo el 48% de los votos por un 52% de los contrarios a la independencia"

ESTO ES FALSO
Dos partidos tenían la independencia en su programa electoral, Junts pel sí y la CUP, y los votantes que han optado por estas dos opciones claramente deben contarse como a favor de la independencia. Entre los dos han conseguido el 48% de los votos.
¿Qué podemos decir del 52% restante? Muchas cosas, pero de ninguna manera que no sean todos ellos favorables a la independencia.

Los partidos que no tenían la independencia en su programa han conseguido 63 escaños con un porcentaje de votos prácticamente igual a los conseguidos por los independentistas: un 48%. ¿Dónde está el 4% restante que nos falta para llegar al 100%? De entrada un 1% está en los votos nulos y en blanco, de los cuales no podemos decir que estén ni a favor ni en contra de la independencia. El 3% restante ha ido a parar a partidos que no han conseguido representación parlamentaria, por lo que sus votos no deberían sumarse a los conseguidos por los partidos que van a estar en el Parlament y que no han abanderado la independencia.

Por otra parte, de los partidos llamados “unionistas” sólo tres de ellos han manifestado su oposición a que Catalunya pueda optar por proponer la independencia: Ciutadans, PSC y PP, cada uno con sus matices (más o menos autogobierno, reformas o no de la Constitución, Estado federal o continuar con el statu quo). Estos tres partidos han conseguido 52 escaños y el 39,13% de los votos. 

El cuarto partido, Catalunya sí que es pot, proponía la negociación de un referéndum pactado con el Estado en el que los catalanes pudieran decidir si querían o no ser independientes. Los escaños (11) y los votos (9%) conseguidos por este partido no deberían contarse de forma inequívoca como contrarios a la independencia.
En conclusión, lo único que puede decirse con seguridad es que un 48% de los votantes ha optado por la independencia y otro 48% por otras opciones entre las que hay que contar un 9% favorables a celebrar un referéndum por el derecho a decidir de los catalanes. Sobre el restante 4% tenemos poco que decir.

LA MAYORÍA SILENCIOSA
Durante meses hemos oído decir por parte de los partidos contrarios a la independencia que existía una “mayoría silenciosa” que no se manifestaba por las calles y que no hacía ruido pero que era contraria a la independencia. Todos los partidos no independentistas han utilizado este concepto y sobre todo el PP desde el Gobierno de España.

Este concepto se ha demostrado FALSO. Con un 77,5% de participación, estas elecciones al Parlament de Catalunya han sido con diferencia las más concurridas celebradas hasta hoy, por lo que no cabe ya decir que hay una mayoría silenciosa que no se ha expresado. Y con los resultados en la mano, el apoyo en votos de las opciones independentistas no se ha visto reducido: casi 2 millones de votantes han expresado su voluntad por optar directamente por la independencia, prácticamente los mismos que han optado por otras opciones. Los que pensaban que con una alta participación se expresaría la voluntad de una “mayoría silenciosa” que creían contraria a la independencia erraron en su pronóstico.

¿QUÉ NOS ESPERA AHORA?
Mi pronóstico es el siguiente:
Tendremos un Parlamento catalán que iniciará el proceso hacia la independencia, con una declaración inicial de soberanía y la posterior aprobación de leyes y estructuras de estado.

De cara a las elecciones generales de diciembre, algunos partidos políticos apostarán fuerte por demostrar al electorado español que sólo ellos serán capaces de frenar el proceso independentista catalán y lo harán mostrando músculo y contundencia verbal. Las cosas no van a suavizarse en los próximos meses ni habrá oportunidad para ningún tipo de acercamiento.

Todo los pasos que dé el Parlament de Catalunya en relación al proceso independentista serán impugnado por el Gobierno Central y por el Tribunal Constitucional, por lo que se llegará a un momento decisivo: el de la aceptación de las leyes actuales o la desobediencia de las mismas con las consecuencias que nadie puede predecir.

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martes, 15 de septiembre de 2015

LA "INEVITABLE" INDEPENDENCIA DE CATALUNYA


La "inevitable" independencia de Catalunya

Incomprensiblemente para muchos, ni los responsables políticos ni buena parte de los ciudadanos de España se está tomando el tema de la independencia de Catalunya como lo que realmente es: el asunto de mayor calado institucional y relevancia que ha tenido este país encima de la mesa desde la llegada de la democracia. Este tema, por sí mismo, va a significar o bien una radical reconstrucción del edificio constitucional que se edificó hace cuarenta años o bien una dolorosa, complicada, inaudita pero segura separación de Catalunya del resto de España. 


La estrategia de no hacer caso al problema para conseguir que éste no exista que está llevando a cabo el actual gobierno de España, en mi opinión, va a conseguir que para satisfacción de unos y desesperación de otros, la independencia acabe siendo una realidad. A no ser que se produzca un cambio político radical, con un enfoque de regeneración de calado como mínimo similar al que se llevó a cabo durante la transición de la dictadura franquista a la democracia, se acabará llegando a un punto de no retorno. Esta es la conclusión a la que llego siendo testigo y a la vez partícipe de lo que está ocurriendo ahora y lo que ha venido sucediendo durante los últimos diez años. No va a ser esta entrada una relación de errores, agravios o cosas que pudieron ser pero no fueron. Mi intención es exponer argumentos de por qué creo que Catalunya acabará siendo una nación independiente con todo lo que ello pueda significar para unos y para otros.

Esta conclusión se fundamenta en el siguiente decálogo argumental:

1. Pocos dudan de que las opciones soberanistas obtendrán la mayoría de escaños del Parlamento que surja tras las elecciones del 27S. Pero todo apunta también a que no van a contar con la mayoría de votos.

2. Con una mayoría parlamentaria consistente, habrá Gobierno soberanista en la Generalitat, pero el proceso hacia la independencia se verá ralentizado. Ojo, ralentizado no significa detenido. Siguen sorprendiéndome las declaraciones de aquellos que opinan que si no se alcanza la mayoría en votos el proceso hacia la independencia habrá muerto. ¡Cómo va a morir con un porcentaje altísimo de ciudadanos a su favor y las riendas del próximo gobierno! Probablemente volvamos a la exigencia de realizar un referéndum para decidir, pero desde una posición de mucha más fortaleza por parte del ejecutivo catalán.

3. Los partidos no soberanistas con posibilidad de gobernar en España en su mayoría insistirán en que es posible encajar las demandas razonables de muchos catalanes en una reforma de la Constitución. Algunos lo harán convencidos de ello, otros sólo para ganar los votos de los indecisos y alguno más ni siquiera lo intentará, anclado en la actual estrategia de ignorar el problema, minimizarlo o combatirlo con el esquema institucional de hace cuatro décadas.

4. En el programa de las elecciones generales de diciembre, casi todos los partidos incluirán tocar la Constitución para mejorar el encaje territorial a nivel de competencias, fiscalidad e identidad nacional y cultura. Lo harán sin dar ningún detalle ya que hay demasiada sensibilidad al respecto en España para poder concretar en los programas electorales, pero lo harán (demasiados años cultivando la catalonofobia por parte de unos y otros con el fin de ganar votos en determinados sectores de la sociedad española como para pretender ganar las elecciones generales con detalles respecto a cómo afrontar futuras reformas constitucionales).

5. Dada la dificultad del PP de gobernar en coalición o con apoyo de otros partidos, salvo que en diciembre obtenga la mayoría absoluta de nuevo o un porcentaje de votos muy cercano a ella, es muy posible que a partir del año que viene tengamos en España un gobierno del PSOE en minoría o en coalición con otros. El PSOE es el partido que más se está mojando en relación a la reforma constitucional. Si no fuera así y el PP conservara una mayoría suficiente para gobernar, todos los puntos que vienen a continuación cobrarían todavía más valor (por mucho que algunos hagan ver que esto ya no es así, España sigue siendo un país bipartidista y las posibilidades de que gobierne un tercer partido con una mayoría suficiente son más bien pocas, pero aunque ello ocurriera en nada cambiaría mi decálogo argumental)

6. El gobierno soberanista de Catalunya será muy exigente con la petición de un referéndum para decidir la independencia y, por supuesto, seguirá muy de cerca las iniciativas (no digamos si se llegan a producir "promesas" electorales en las generales) hacia la revisión de la Constitución, haciendo de altavoz de todo aquello en lo que no se avance.

7. Y no se avanzará. Por mucho que el nuevo gobierno de España quiera abrir el melón de la Constitución, ello no será posible. Cualquier atisbo de acuerdo está en las antípodas de la feroz lucha partidaria que se ha instalado en España entre los partidos mayoritarios. La Constitución no podrá tocarse o si se toca no será del agrado de muchos y, por supuesto, no lo será del gobierno de Catalunya ni de los millones de votantes que lo habrán nombrado.

8. Todos los indecisos que a última hora el 27S habrán impedido la mayoría absoluta de votos a las opciones soberanistas con la esperanza de que un nuevo gobierno en España pueda dar satisfacción a las demandas catalanas, se encontrarán una y otra vez con noticias que les empujarán a cambiar de opinión. Entre unos que seguirán instalados en la lucha partidista y otros que amplificarán la incompetencia del Parlamento español respecto a tocar el encaje territorial, los convencidos del soberanismo crecerán a diario.

9. El 27S las opciones soberanistas apuntan a obtener alrededor del 45% de los votos. A partir de esta posición sólo necesitan que un porcentaje pequeño de indecisos cambie de opinión para alcanzar la mayoría.

10. En las siguientes elecciones autonómicas, cuya fecha de celebración manejará como es obvio según sus intereses el gobierno de Catalunya o en un referéndum que finalmente se convoque, acordado o no, ajustado a la actual legislación o no (que todo puede ocurrir), la probabilidad de que la independencia cuente con la mayoría absoluta será muy alta. Definitiva.

Y a partir de este punto, que cada uno se quede con la opción que más le encaje, desde la más catastrófica a la más utópica, pero con una mayoría de ciudadanos a favor de separar Catalunya de España, las cosas se pondrán muy a favor de que ello acabe ocurriendo. Los partidos soberanistas, aparte de seguir haciendo ruido con el fin de mantener el ánimo entre sus votantes, sólo tendrán que sentarse a esperar a que desde el Parlamento español se evidencie la imposibilidad de llegar a acuerdos firmes que satisfagan a unos y otros.

Sólo un Parlamento español que finalmente sea consciente del reto que tiene entre manos, de la misma forma que lo fueron los líderes políticos en los últimos años de la década de los 70 capaces de llegar a consensos de calado increíble, y que ponga todo patas arriba convencido de que es necesario un nuevo encaje territorial del Estado y una renovación de grandes proporciones del actual pacto constitucional, podría minimizar los apoyos a la independencia de Catalunya y, por tanto, reducir el riesgo de que ello ocurra. Hoy por hoy, no parece que esa consciencia de la necesidad de realizar semejante nivel de cambios esté en la agenda de los líderes políticos españoles, por lo que en mi opinión, Catalunya caminará irremediablemente hacia un nuevo destino como nación, con todas las ventajas según unos 0 inconvenientes según otros que ello pueda tener. Y ello ocurrirá en un plazo no superior al de una legislatura.

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