jueves, 5 de marzo de 2009

SOBRE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Cuanto más leo sobre evolución y darwinismo, más encajan todas las piezas. De lo último que he leído, un par de cosas me han llamado la atención (lo más interesante de leer es encontrar cosas que te hagan parar la lectura, pensar unos instantes, releer algunos párrafos para entenderlos bien y decir algo parecido al "eureka" de los griegos).

La primera es una de las tres bases fundamentales de la teoría de la evolución de Darwin. Yo tenía una imagen un tanto bucólica de lo que era un ecosistema. Un lugar donde conviven una determinada diversidad de seres vivos en cierta armonía, con un equilibrio que parece ser la consecuencia de una tranquila estabilidad. Pues no, no es así. Cualquier ecosistema que nos imaginemos es un lugar durísimo, donde la lucha por la supervivencia es diaria y constante y en la que, a la más mínima debilidad o flaqueza que muestra una especie, es aprovechada por otras para su inmediata aniquilación (lo que a su vez suele provocar la aniquilación de la especia aniquiladora...). La estabilidad que pueda aparentar un ecosistema es consecuencia de una guerra sin cuartel sorda pero real. Esta visión que aportó Darwin a la biología, fue muy criticada en su tiempo, ya que hasta ese momento la "paz" en la naturaleza, la coexistencia de las especies vivas en el planeta, era posible gracias a que Dios lo quiso así, por lo que solo podría ser consecuencia de la bondad y la fuerza benefactora de ese ser divino. Los animales y las plantas convivían en paz, porque Dios así lo había querido... ¡Nada más lejos de la realidad!...

Como he mencionado lo de las tres bases fundamentales de la teoría de la evolución, aprovecho para exponerlas brevemente. La primera es la que he comentado: los seres vivos luchan sin cuartel por su supervivencia. De esta premisa se derivan muchas otras. Sólo por poner un ejemplo, esa lucha por la supervivencia conduce a que los seres vivos tengan mucha más descendencia de la que puede sobrevivir (o de la que llegará a reproducirse), ya que sólo de esta manera pueden asegurar en parte su propia existencia como especie.

La segunda base de la teoría es la que explota el hecho de que la mutación es no solo posible sino absolutamente cierta y natural y que, cuando se mezcla con la selección, conduce a cambios permanentes. Y ésto es una fuente inagotable y rica de argumentos. Por ejemplo, la relación entre mutación y azar es de una riqueza impresionante. El azar no tiene que ver con la mayor o menor dificultad en que un hecho suceda, sino en la cantidad de veces que tiene que repetirse un acontecimiento para que algo ocurra. En fin, es un tema apasionante por si mismo.

Y la tercera premisa de la teoría es el esfuerzo que hizo Darwin para demostrar que los pequeños cambios que se producen en cada momento por mutación/selección, repetidos tantas veces como la probabilidad permite y durante miles, millones de años, pueden dar lugar a que un mamífero parecido a una minúscula musaraña acabe diversificándose y dando lugar a un elefante...

(2004)