jueves, 5 de febrero de 2015

JAISALMER #India


El origen de la ciudad milenaria de Jaisalmer se remonta a las tribus de guerreros Rasphut que se asentaron en el lugar. Su nombre significa “colina fortificada de Jaisal” y debe su nombre a su fundador, en el siglo XII, el maharajá Rawal Jaisal, que decidió instalar en este lugar la capital de su estado. Actualmente cuenta con una población de unos 100.000 habitantes y se distingue por su impresionante Fuerte/Palacio situado sobre una colina que destaca sobre la ciudad extramuros, en medio de una zona desértica (el desierto de Thar).


La ciudad se construyó en un lugar estratégico de la ruta de la seda y durante mucho tiempo su principal fuente de ingresos fueron los mercaderes que tenían que pasar por allí forzosamente en su camino hacia tierras occidentales. Dentro de las murallas sólo podían vivir la realeza y su familia con sus sirvientes y los guerreros. Los comerciantes tenían que instalarse fuera del fuerte, donde fue creciendo la ciudad con preciosas havelis construídas por los mercaderes más adinerados. Una haveli es una típica vivienda de la zona del Rajastán. Pueden ser modestas, pero las que hoy se conservan son en general de gran riqueza arquitectónica. En Mandawa, Bikaner o Jaisalmer se pueden encontrar fácilmente, rícamente trabajadas en piedra como muestra de su esplendoroso origen. Hoy muchas de ellas están reconvertidas en hoteles.



Dentro de las murallas del Fuerte de Jaisalmer todavía vive gente en sus calles llenas de vida, pequeños hoteles, tiendas y preciosos templos jainís. 





Cerca de la entrada principal se halla el antiguo Palacio del Maharajá, actualmente convertido en museo.  

Cuando el puerto de Mumbai cobró vida, la antigua ruta de la seda a través del desierto fue perdiendo peso y Jaisalmer comenzó a declinar. La partición de India tras su independencia de los británicos y la creación de la frontera con Paquistán no muy lejos de la ciudad asentó un golpe definitivo al lugar que quedó apartado de la capital india y en medio de la nada. Ha sido el turismo, apoyado por el gobierno indio, lo que ha revitalizado la ciudad durante los últimos años. Los años de decadencia han dotado al lugar de un encanto especial con unas imágenes que parece que nos llegan de otros tiempos.
















La cercanía con Paquistán y la pugna que este país mantiene con India siguen siendo un lastre para Jaisalmer. Un ejemplo es el aeropuerto militar que hay cerca de la ciudad y que, aunque parece que hay creciente presión para que ello ocurra, el gobierno indio no ha autorizado para aviones comerciales. Al estar alejada 800 kms. de Delhi por carretera, no es fácil llegar hasta aquí. Las carreteras, además, durante cientos de kilómetros son regulares tirando a malas. Con suerte se puede circular a 80 kms. por hora, pero durante largos recorridos la velocidad máxima no supera los 50. Yendo a un buen ritmo diario, lo aconsejable es llegar a Jaisalmer tras tres días de viaje. Nosotros elegimos la ruta norte, con parada en una encantadora localidad llamada Mandawa, con unos 20.000 habitantes y unas havelis preciosas que se pueden visitar, y en Bikaner, ciudad que con cerca de un millón de habitantes cuenta con un magnífico Fuerte/Palacio que vale la pena visitar. Este es el principal inconveniente para visitar Jaisalmer, ya que si queremos incluirlo en nuestra planificación hay que contar con tres días para llegar y otros tantos para regresar. El viaje se puede recortar un día, ya que Jodhpur, que se encuentra a 300 kms y donde se puede llegar por carretera a Jaisalmer en unas 6 horas, cuenta con un aeropuerto que comunica con Delhi en apenas una hora de vuelo. De todas formas, recomiendo el viaje por carretera, ya que las docenas de pueblos que se cruzan en el viaje aportan una increíble visión del país.

Casas en el Fuerte de Jaisalmer:












Si nuestra intención es viajar por el norte de India, Jaisalmer debe ser una visita obligada. El esfuerzo que representa llegar hasta allí vale totalmente la pena. Lo mejor es tener un hotel muy cerca de la entrada principal al Fuerte o incluso dentro del mismo, ya que las idas y venidas a las calles del interior van a ser constantes durante los días de estancia. Preguntando en el hotel se puede conseguir un guía local para  hacer una visita guiada por el Fuerte y las havelis extramuros. Nosotros conseguimos  uno que hablaba bastante bien castellano. Con un guía se puede profundizar en el conocimiento de la ciudad, los detalles de los templos jainís, el acceso a las principales havelis, la visita al mercado local, etc.







Jaisalmer, además, cuenta con un lago artificial que se alimenta de agua de lluvia. El Gadi Sagar lake es un excelente lugar para pasear, con sus escaleras que llevan al agua, sus barcas de paseo y un templo dedicado a Shiva. Cuando se construyó, en el siglo XIV, se convirtió en el principal abastecimiento de agua de la ciudad.











A las afueras de la población se encuentran los cenotafios de Bada Bagh, un lugar donde se celebraban las ceremonias funerarias de los antiguos maharajás. Es un sitio apartado con unas magníficas construcciones que aparecen en medio de la nada y desde las que se puede contemplar una maravillosa puesta de sol (el lugar es conocido como Sunset Point)






Para terminar, decir que cerca de la principal puerta de entrada al Fuerte hay un par de restaurantes recomendados por las guías que gozan de unas vistas a las murallas impresionantes y donde, aparte de comida india, se puede disfrutar de buena pasta italiana. Tuvimos ocasión de estar en los dos y fueron los primeros expresos y capuchinos auténticos de nuestro viaje. Sus nombres: 1st Gate y The Jaisal Italy.



El Fuerte de Jaisalmer emergiendo de entre la niebla matinal

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