jueves, 20 de enero de 2011

OJOS CLAROS, SERENOS



En los últimos años he ido comprando diferentes recopilaciones de poesía castellana, desde las clásicas "mil mejores poesías..." hasta otras más específicamente líricas o de amor. Algunas de ellas son graciosas por su selección, su diseño o la fecha de edición.



Lo que hoy quiero destacar es un pequeño poema, escrito hace casi cinco siglos (¡medio milenio!) por un autor poco conocido y que está presente en la mayoría de estas obras. Se trata de un poema de Gutierre de Cetina, un autor sevillano, contemporáneo de Garcilaso de la Vega, soldado como éste (llegó a luchar en Túnez contra el mismísimo Barbarroja) y, también como Garcilaso, dotado de una exquisita delicadeza y elegancia en sus versos.




Se trata de un madrigal, una composició poética de tema amoroso y breve extensión, con versos heptasílabos y endecasílabos sin una disposición ni una rima fija. No tiene título y en los índices aparece con las palabras del primer verso.
Dice así:
Ojos claros, serenos,
si de dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuando más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis,
miradme al menos.
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Cuenta su biografía que Gutierre de Cetina cayó en México herido de muerte por un rival celoso bajo la ventana de su enamorada...


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