domingo, 28 de noviembre de 2010

EXPERIENCE THE EXTRAORDINARY

La marca de cervezas Corona (Coronita en nuestro país) ha lanzado una campaña publicitaria que persigue vivir las experiencias de sus consumidores y hacer que se cumplan sus sueños. La campaña se llama "Experience the extraordinary" y busca estimular nuestra parte más emocional. Consta de tres acciones que podemos encontrar en youtube y que me han parecido muy cercanas y emocionantes. Aquí tenéis los tres vídeos para que juzguéis por vosotros mismos:

TAXISTA DE ROMA


INLOGIC, GRUPO DE ROCK MADRILEÑO


LONDON DJ


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jueves, 25 de noviembre de 2010

PARA AMANTES DEL QUIJOTE


Para amantes del Quijote.

Se trata de un proyecto de la Biblioteca Nacional que permite acceder a la obra en su versión original, acompañanado la lectura con elementos que la contextualizan: mapas, ilustraciones, grabados, información sobre las distintas ediciones de la obra, etc.

Sorprende como clicando sobre el icono "T" la página cambia de la versión original a un texto actual y perfectamente legible de la obra.

Este es el acceso, no os lo perdáis.

http://quijote.bne.es/libro.html

(Clicando sobre el altavoz podéis acompañar la lectura con música o hacerlo en silencio)

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martes, 23 de noviembre de 2010

AMMA


Hace unos días tuve la oportunidad de hacer una visita al Pabellón de deportes de Granollers, donde se celebraba la reunión anual de seguidores y debotos de Amma.

Amma es una mujer india considerada santa en su país y por las personas que le siguen y aprenden de sus enseñanzas en sus giras por el mundo. Desde hace unos años, la gira anual incluye una visita a Barcelona o una población de sus alrededores. Durante varios dias, convoca y acoge a sus seguidores y a todos aquellos que buscan un mensaje de paz y sosiego espiritual.

Amma, que con los donativos y aportaciones que recibe su fundación tiene en marcha numerosos proyectos de ayuda a los más desfavorecidos, es una mujer considerada espiritualmente pura, una auténtica "Mahatma" india, que ha recibido numerosos premios y reconocimientos internacionales. Una de las características que la hacen conocida es cómo lleva a cabo el "darshan", una ceremonia en la que se reverencia la presencia física de un santo hindú o Mahatma. Por lo general, en estas ceremonias las personas que realizan el darshan como muestra de respeto realizan una reverencia o se postran a los pies de la persona santa. Amma realiza un darshan distinto: abraza uno por uno a todos aquellos que guardan pacientemente turno para ser acogidos en sus brazos. Si te ofreces de forma sincera y abres tu corazón, parece ser que se nota en el momento del abrazo un efecto espiritual físico que te zarandea interiormente. Conozco personas que han realizado el darshan del abrazo con Amma y así lo han vivido.


Me acerqué a Granollers con el fin de vivir esa experiencia y me encontré con miles de personas sentadas en las gradas del pabellón (calculé que no habría menos de 4.000, entre las gradas y el centro) esperando pacientemente a que Amma iniciara sus parlamentos. Ella estaba en el escenario, rodeada de niños, sentada sobre cojines, con su ropa blanca e inspirando paz. A la entrada, cogí número para el darshan del abrazo: eran las 7 de la tarde... y me informaron que por los turnos establecidos y los números dados... ¡me tocaría el abrazo sobre las 2 de la madrugada!... Al día siguiente tenía que madrugar y opté por esperar a su visita del año que viene y acudir con más tiempo. De todas formas, me sorprendió gratamente comprobar cómo hay mundos que no conocemos y que existen a nuestro alrededor: es impresionante ver la cantidad de personas que buscan sosiego espiritual.

Os dejos la web de Amma por si queréis darle un vistazo.

http://www.ammachi.es/Amma_en_espana/Amma-home.html
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domingo, 21 de noviembre de 2010

POCAS FOTOS

Aun quedan lugares donde uno puede sorprenderse. Este cartel informativo se encuentra en la entrada de la pequeña ermita de la isla de La Toja, conocida no sólo por su emplazamiento sino por estar completamente recubierta de conchas de vieira.



Fotografías las indispensables.

Y para que quede más claro, "pocas fotos".

Con el móvil, en cambio, la instrucción es mucho más clara y contundente: "no móvil". Debe ser un instrumento más nocivo para el reposo y la paz interior. Coincido con ello.

Un mensaje curioso el de las fotos, pero que en el fondo huye de prohibiciones y deja en manos del visitante el respeto por la intimidad del templo. Estamos tan acostumbrados a que o bien nos permitan o bien nos prohiban hacer cosas, que uno acaba sintiéndose extraño ante mensajes tan subjetivos. Quizá nos iría mejor así, sin tener que ceder nuestros derechos y nuestros deberes a los demás. Al menos de esta forma estaríamos obligados a practicar el respeto por ellos.








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UNA DE POLÍTICA

Sigue sorprendiéndome la audiencia y la atención que consiguen las campañas electorales. Mantengo la esperanza de que en realidad no sea tanto como los medios de comunicación nos quieren hacer ver. Es increíble contemplar el espectáculo de personas que aspiran a ocupar un escaño en el lugar donde se toman las decisiones de gobierno, intentando convencernos de que sólo ellos pueden dar satisfacción a nuestras necesidades individuales y colectivas y que el resto sólo pueden traernos el desastre. Promesas increíbles, falsa euforia, bailes en el escenario, aclamaciones públicas de los acólitos, todo vale para hacernos creer que sólo ellos son capaces de hacernos felices.

Es un mal momento para la credibilidad de los políticos. Soy de los que creen que la dedicación a la política es encomiable, que tiene que haber personas que se entreguen a la causa pública para el buen gobierno de la sociedad. Que la profesión de político merece el mayor de los respetos y que en este país hay miles de personas que dedican buena parte de su tiempo personal a ayudar a sus vecinos, desde ayuntamientos, comarcas, comunidades o en el estado central. Y que es una vergüenza y una pena que tantas personas se dediquen a la crítica feroz y sin contemplaciones, apoyadas y alentadas por medios de comunicación que tienen intereses muchas veces no tan ocultos, que se dedican a desprestigiar a sus oponentes en particular y a la clase política en general.

De todas formas, voy a exponer algunos puntos que creo que están favoreciendo esta opinión desfavorable hacia los políticos y que estos harían bien en tener en cuenta en el futuro:

• El estado de permanente campaña electoral al que se someten las personas que se dedican a la política. Es un proceso que se ha ido instalando poco a poco desde hace años y que sin darnos cuenta ha conducido a la situación actual. Los ciudadanos elegidos para ocupar un escaño en los parlamentos y, sobre todo, los que alcanzan el gobierno, deben dedicarse desde el primer día de su elección a hacer campaña permanente de cara a las siguientes elecciones. Los medios de comunicación alientan esta situación, poniendo sobre la mesa una y otra vez cada uno de los movimientos, comentarios, gestos, comportamientos de nuestros dirigentes, olvidando que también son personas y que no todo lo que hacen o dicen merece el valor de una declaración política de gobierno.

• La situación anterior conduce a que muchos políticos se contengan a la hora de tomar decisiones necesarias pero impopulares. Se está dejando constantemente de lado el interés general de los gobernados en aras de mantener los escaños para la siguiente legislatura. Ya apenas se toman decisiones que puedan costar votos, aunque sean de estricta necesidad. Los grandes temas de estado se van dejando de lado con el fin de no afrontar la crítica de una parte de la población.

• La confrontación entre oponentes en todos y cada uno de los movimientos y propuestas del contrario. En mi opinión, este es uno de los mayores descréditos en los que caen los malos políticos. No es posible que cada decisión de uno conlleve la descalificación y el ataque feroz de su oponente. Hay cosas que no sólo podrían hacerse por consenso, sino que lo exigen. Y no es justo que por el interés propio, no haya forma que los responsables de los grandes partidos se apoyen unos a otros en cosas de relevancia general. Nos proponen las decisiones como si de blanco o negro se trataran, no haciendo ningún esfuerzo para buscar los puntos en común, como si hacerlo fuera a interpretarse como una debilidad propia.


• El uso de temas muy sensibles de forma irresponsable con el fin de conseguir votos. Es una vergüenza que se utilicen aspectos como la lengua, el sentido de nación, las diferencias culturales para separar en vez de para enriquecer a la sociedad. Ello causa un daño irreparable, siendo pan para hoy y hambre para mañana. Que se ataque deliberadamente a unas comunidades para conseguir votos en otras debería estar penado por la ley.

• Las ayudas institucionales a las campañas electorales y al mantenimiento de los partidos que consiguen representación parlamentaria. No me parece correcto que el dinero de los contribuyentes se utilice para sufragar los gastos de las actividades electorales de partidos políticos que no representan el interés de aquellos que aportan los recursos. Este punto tiene dos vertientes: por un lado la incoherencia de que los impuestos de todos y cada uno de nosotros se invierta en spots y actos electorales de partidos muy alejados de nuestra ideología y por otro la imposibilidad de que los partidos sin representación parlamentaria puedan competir en las campañas electorales en plano de igualdad con el resto. Creo que los partidos políticos tendrían que sufragarse ellos mismos, con las aportaciones de sus afiliados o simpatizantes, sus gastos de campaña o de cualquier otro tipo.

• El comentario anterior es un elemento más que contribuye a que se perpetúe la clase política. Tras más de treinta años de democracia y de partidos políticos, están accediendo a los primeros planos de la política y las responsabilidades de gobierno personas que han desarrollado toda su actividad profesional dentro del partido, sin mayor conocimiento de los problemas de la población general. Políticos que se han dedicado a la política desde jóvenes, que han hecho carrera dentro del aparato sin mayores virtudes que la lealtad al líder y capacidad oratoria, están ocupando los puestos de mayor responsabilidad de gestión del estado. Y ello ocurre en todos los partidos sin excepción. El sistema está empezando a ser impermeable a las aportaciones de personas que se han forjado en el mundo empresarial, cultural o de cualquier otro tipo, con amplios conocimientos en su curriculum en la gestión real.

No soy pesimista al respecto de todo lo anterior. Creo que a veces las cosas tienen que ponerse feas para que se produzcan cambios de relevancia. El desapego de la sociedad hacia los políticos tendrá solución cuando estos hablen un lenguaje comprensible y responsable. Tengo la esperanza de que será la propia sociedad, cansada de confrontación, de promesas incumplidas y mal uso de los recursos generales, la que pondrá fin con sus votos a la situación actual. Sólo hace falta para ello que se alce la voz de personas que quieran cambiar el statu quo.
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miércoles, 17 de noviembre de 2010

CAMBIAR EL SISTEMA EDUCATIVO

El sistema educativo actual está abocado al fracaso más absoluto o a cambios radicales que lo transformarán de pies a cabeza. Cada tiempo, cada época han tenido su forma de enfocar la educación de sus jóvenes. El origen del programa y la forma que desarrollamos actualmente cabe buscarlos en los años de la Revolución Industrial, que representó un cambio radical de los procesos productivos y del modo de vida de la sociedad occidental. La concentración de mano de obra en las fábricas y centros de producción exigía disponer de personas preparadas para asumir el manejo de maquinaria y herramientas muy sofisticadas en comparación con los sistemas productivos anteriores, más centrados en el trabajo agrícola. Se necesitaba, además, personal cualificado para dirigir legiones de obreros y mantener y reparar las máquinas. De ese modo se inició un enfoque educativo centrado más en la técnica que en el humanismo. Se precisaban ingenieros, mecánicos, organizadores de procesos, contables, y era necesario también extender las cuatro reglas matemáticas. El resto quedaba relegado a las profesiones liberales, abogados, médicos, escritores, que ocupaban a una parte de la burguesía dominante. Poco a poco, a lo largo del siglo XX, este enfoque educativo se fue universalizando y abriendo a todas las capas sociales, pero sin modificar su estructura inicial.

Ahora nos encontramos con un sistema orientado a que nuestros niños y jóvenes sigan teniendo amplio conocimiento de la tecnología, matemáticas, física, química, todo ello aliñado de cierto grado de conocimiento social, poco más que añadir. Nada útil para preparar a los jóvenes del presente y totalmente estéril para los jóvenes del futuro. Nos rasgamos las vestiduras con los porcentajes de desapego estudiantil y de fracaso escolar, que son cifras de vértigo ocultas tras el barniz de una sociedad protectora que de una forma u otra da cabida a todos sus miembros, ocultando a su vez las frustraciones que todo ello conlleva.

¿Qué podemos hacer? Nada que sea fácil. Los actuales profesores se formaron para lo que hacen y forman a su vez a los profesores del futuro, en un círculo vicioso que no permite rupturas ni cambios relevantes. ¿Qué enfoque deberíamos dar a la enseñanza que reciben nuestros jóvenes y que se prolonga en ocasiones por más de veinte años? En mi opinión deberíamos centrarnos y concentrar nuestro esfuerzo en formar personas responsables, éticas, imaginativas e inquietas, conocedoras de donde vienen, qué son y qué pueden aportar a este mundo, desde sus preferencias más innatas y desde las fortalezas que el sistema sea capaz de hacerles descubrir. Filosofía, historia, ciencias naturales, ética, etc. tendrían que ser dominantes en los programas escolares, nunca desde la memorización, sino desde el conocimiento que sólo se es capaz de adquirir desde el apasionamiento y la enseñanza basada en transmitir interés por la materia.

Claro que las cuatro reglas tendrían que estar presentes y los fundamentos básicos de la física y la química. Pero, ¿de qué nos sirven si los hacemos pasar por la necesidad de memorizar fórmulas o soportar pruebas teóricas que jamás tendremos que resolver de nuevo en nuestras vidas? Sólo de adulto he podido descubrir lo divertido de la física, la maravilla del nacimiento de las ecuaciones universales, los milagros de la química básica ligados al nacimiento y la evolución de la propia vida. Sólo cuando todo ello ha sido de mi interés personal, sin pruebas ni exámenes ni memorizaciones absurdas, he aprendido de verdad. ¡Esto es lo que tendrán que conseguir los profesores del futuro! ¿Imposible? Nada es imposible si se plantea con pasión, se cree en ello y se comunica con entusiasmo.

Niños que aprendan antes reglas de comportamiento y solidaridad que la tabla de multiplicar. Que sepan de los aciertos y errores de sus antepasados, antes que la ley de Boyle o la de Gay Lussac. Que conozcan antes a Platón que a Newton y que entiendan de humildad, generosidad, deberes sociales, amor y poesía, antes que resolver ecuaciones de segundo grado. Ya habrá tiempo de especializaciones basadas en intereses peculiares y concretos. Ya habrá ocasión de conocer los logaritmos neperianos o las integrales, si ello es lo que nos llama y apetece de forma individual. Que cada uno, pasados doce o catorce años de enseñanza humanista, se oriente a lo que sus puntos fuertes le empujen, pero con mi sueño tendríamos adolescentes responsables y plenos, preparados para afrontar un futuro generoso y a hacer crecer el mundo.

¿Un sueño? No creo que lo sea. Estoy convencido que será así, aunque para ello el fracaso actual tenga que llevarnos al colapso, la reflexión y la reacción consecuente.

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domingo, 14 de noviembre de 2010

ME GUSTARÍA LUNIZARTE


Me gustaría lunizarte
para tenerte siempre en el cielo de mis noches.

Tú, que milagrizas mi realidad
y que utopizas todo lo que tocas.

Te siento a mi alrededor,
azuleándolo todo a tu placer,
como si yo fuera una acuarela de tus mareas.

Me feliceas con tus sonrisas,
con la sencillez de quién nació
para horizontear futuros y deseos.
Objetivizas mi vida, dándole sentido
y ya sólo soy por tenerte
corazoneando junto a mi.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

LA AUTÉNTICA MISIÓN DEL DIRECTIVO

¿Cuál es la tarea de un directivo o responsable de equipos? Por mucho que adornemos la respuesta, al final siempre acabamos en lo mismo: alcanzar los resultados de negocio establecidos para su equipo, departamento, unidad o lo que sea.

En unas empresas se hace más énfasis en el valor de las personas y en otra menos. Pero en cualquier caso, la tarea o el objetivo fundamental de un directivo o responsable de equipos se entiende que es la consecución de sus objetivos de empresa (o incrementar el valor de la acción, como dicen en las escuelas de negocio). ¿Cómo puede ser de otro modo si es la empresa –o sus dueños o sus máximos ejecutivos- quién otorga el cargo, las responsabilidades y los objetivos?

Propongo una visión diferente. ¿Y si consideramos la consecución de los objetivos de negocio una herramienta necesaria para alcanzar el verdadero fin de la tarea de un directivo y no el fin mismo? ¿Cuál sería entonces esta tarea, esta misión fundamental? Planteo que este fin prioritario sea el mantener el máximo número de puestos de trabajo y, tan importante como esto, conseguir que los miembros del equipo disfruten con lo que hacen y se desarrollen como profesionales y como personas a través de la tarea que desempeñan.

¿Y los objetivos de negocio? Una herramienta necesaria. Son imprescindibles para satisfacer las expectativas y los deseos de aquellos que arriesgan su capital para que la empresa exista. En mi propuesta la consecución del máximo nivel de resultados es aquello necesario que soportaría la auténtica misión del directivo: la felicidad de sus colaboradores.

No es una propuesta baladí. Este enfoque plantea unas formas de actuar, unos comportamientos y unas decisiones diferentes a las que provoca el tener como misión fundamental la consecución de los objetivos de negocio. Esta propuesta no significa que la orientación a los resultados no sea una competencia importante. No sólo lo es, sino que es imprescindible. ¿Cómo sino la empresa podrá ser competitiva y cómo sino el empresario sentirá que su apuesta empresarial le es satisfactoria? Por supuesto que hay que esforzarse para ser eficaces en alcanzar los objetivos. Y por supuesto que aquellos colaboradores que no hagan este máximo esfuerzo no deben tener cabida en el equipo. Lo que propongo es que los directores o responsables de la dirección de personas consideren los objetivos como una herramienta y no el fin último de su tarea. ¡El fin último debería ser el desarrollo y la satisfacción de las personas de su equipo! ¿Sobre qué podemos actuar, sobre causas o sobre consecuencias? No podemos trabajar directamente sobre consecuencias, sólo podemos modelar las causas para que las consecuencias sean las deseadas. Y los resultados, ¿qué son, causas o consecuencias? Creo que podemos estar de acuerdo en que los resultados son consecuencias. ¿Y las causas? ¡Las personas, las causas son las personas! ¡Y los directivos tienen que cuidar de ellas!

Alguien tiene que empezar a decirlo... y aplicarlo.

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sábado, 6 de noviembre de 2010

CRÍTICA A LA RAZÓN

Del hombre-instinto y el hombre-abstracto al hombre-razón pura

La realidad no sólo puede interpretarse desde la razón. La razón nos da herramientas para dar forma a lo poco que nuestros sentidos biológicos pueden captar de lo que está a nuestro alrededor. Pero la razón no es la única vía para explicar lo que nos llega desnudo de formas y definiciones. La intuición, por ejemplo, es una vía alternativa. Cuando intuimos un riesgo, una amenaza o una oportunidad no estamos utilizando, al menos de forma consciente, las herramientas de la razón. Las emociones también intervienen en construir nuestra realidad. Un ejemplo claro está en la flexibilidad que podemos notar en el tiempo cuando estamos envueltos en una emoción agradable o al contrario. Desde la razón, sesenta segundos transcurren siempre igual. Desde la emoción todos sabemos que no es así.
Si destronamos a la razón como único monarca de la interpretación de la realidad, abrimos las puertas a nuestra mente para seguir múltiples caminos definitorios. En esta visión, cabe la certeza real de mitos y leyendas, de fuerzas más allá de la naturaleza conocida y etiquetada por la razón, de posibilidades infinitas de desarrollo de fortalezas o dones que percibimos nos son propios, especiales y excepcionales. Estas posibilidades quedan mermadas, cuando no aniquiladas de raíz, cuando los eficaces mecanismos de la razón se ponen en marcha. El “esto no es posible” es un paradigma instaurado por la razón en nuestro cerebro que no nos deja avanzar.
La razón, además, se retroalimenta y nos empuja a crecer sobre los mismos cimientos produciendo una falsa realidad de evolución de la humanidad. Una evolución centrada en exclusiva en aquello que la razón domina, como la física o la química, creando leyes universales inamovibles sólo ligeramente franqueables por mentes únicas y privilegiadas, cuyos dones personales alcanzan a superar las barreras “razonables”. Y en este avance hacía más tecnología, más comercio, más posesiones, etc., empequeñecemos como seres humanos. O como mucho nos mantenemos como hace miles de años.

En tiempos remotos el monarca era el instinto. Todos los seres vivos se rigen por el instinto que, a su vez, está orientado a hacer posibles los tres fines últimos de la vida: la autoconservación, la autoregulación y la autoreproducción. En nuestro caso el instinto y la intuición, como sensación premonitoria del primero, se concreta en una serie de comportamientos basados en experiencias acumuladas por nuestros ancestros y que de alguna manera permanecen vigentes en algún lugar de nuestra memoria. Un lugar que responde a la necesidad de una forma rápida e instantánea, sin necesidad de elaborar pensamientos. El instinto, por ejemplo, es el que nos hace desconfiar de los peligros (autonconservación: cuidar de nuestra propia integridad), buscar el alimento más acertado (autoregulación: disponer de las proteínas y otros elementos necesarios para que nuestras células crezcan y se autoreparen) y el que elabora todo el arsenal de comportamientos relacionados con el sexo (autoreproducción: el mantenimiento de la especie). El instinto, con diferentes grado de automatismo, rige cada minuto de todo ser vivo, desde una ameba hasta una ballena.

Pero en nuestro caso, en algún momento de un pasado no tan remoto en términos evolutivos, el instinto vino a completarse por algo que yo llamo la abstracción. De alguna manera, alguno de los tres propósitos básicos de la vida, o una conjunción maravillosa de los tres, empujó a nuestra especie hacia el pensamiento abstracto. Un incipiente pero ya muy elaborado lenguaje que facilitaba la comunicación social, la vida en comunidad que estrechaba los lazos entre los individuos e incitaba a compartir y la competencia por la propia supervivencia entre diferentes comunidades fueron probablemente causas destacadas de ello. El caso es que los humanos empezamos a representar el mundo que nos rodeaba y a imaginar cosas que no éramos capaces más que “ver” en nuestro interior. Las pinturas rupestres y los enterramientos elaborados no son más que minúsculas muestras de lo que este cambio de relación con el entorno debió representar. Empezamos a interpretar el universo de una forma que trascendía el impulso de los instintos. El esfuerzo físico (preparar el lugar) y emocional (sentimientos de tristeza) que representa enterrar a un miembro de la comunidad, en comparación con el abandono del cuerpo fuera del lugar de residencia, atenta contra el instinto que nos habla de no gastar energía en cosas innecesarias, ya que este gasto después hay que compensarlo con mayor cantidad de alimento. El paso a la abstracción significó el nacimiento de los conceptos abstractos tan complejos de definir todavía en la actualidad. Conceptos como la justicia, la libertad, el arte, la espiritualidad, el altruismo, el amor, la belleza, la bondad y tantos otros empezaron a hacerse un hueco en nuestras vidas.

El mundo abstracto sobrevivió durante miles de años hasta que nuestras necesidades vitales abrieron la puerta al criterio que actualmente nos domina: la razón. Probablemente esto sucedió cuando la competencia entre comunidades hizo inabordable continuar con el sistema de producción que la humanidad había utilizado durante millones de años de su historia y que ahora ya prácticamente hemos erradicado, la caza y recolección. Hace aproximadamente unos diez milenios, los espacios naturales capaces de soportar el peso de comunidades cazadoras y recolectoras se colapsaron y se mostraron insuficientes. Y se produjo un radical cambio en el sistema de producción: los humanos empezamos a realizar un uso intensivo de la naturaleza y a cultivar nuestro propio alimento. La agricultura obligó al sedentarismo y éste a la vida de la comunidad en asentamientos fijos cuyo funcionamiento hubo que regular. Propiedades, tareas comunes, procesos como el regadío, la recolección o el almacenamiento, necesidades como el gobierno y el culto, etc. crearon unas necesidades prácticas que nos obligaron a registrar las cosas de forma permanente. Aparecieron la escritura, la contabilidad, el concepto de mandatario o rey, la religión y el templo y a todo ello hubo que ponerle procesos racionales de organización y orden. La razón en su más amplio sentido, como explicación básica de la naturaleza de las cosas, inició de forma incipiente pero firme su presencia entre nosotros.

Seguimos anclados en este camino, reforzado en Occidente por los silogismos griegos, la ingeniería romana, los razonamientos cartesianos, Newton y los científicos que le siguieron, la revolución industrial y la explosión tecnológica de finales del siglo pasado. Una enciclopedia inabordable de condicionamientos nos acompleja y atenaza y sólo nos permite descubrir, crear, imaginar sobre la base de la realidad gobernada por la razón. Los aspectos más abstractos de nuestra naturaleza humana, aquellos a los que llegaron nuestros antepasados y que plasmaron con imágenes en las paredes de cuevas y refugios, están ahora reprimidos y aprisionados por la razón. La justicia, sometida al dictado de leyes escritas y pormenorizadas hasta el mínimo detalle, superando en ocasiones incluso al propio sentido de la razón. La felicidad definida y esquematizada en un abc igual para todos (más bienes, más riqueza, menos esfuerzo, menos ocupaciones, etc.). Incluso el amor, concepto abstracto al que la razón le cuesta dominar y encerrar en su cajón de definiciones y contornos exentos de matices, sobrevive con cambios radicales en su naturaleza, centrados hoy en un intercambio mercantil del tipo “lo que me ofreces compensa lo que estoy dispuesto a entregar por mi parte”, como si de una transacción económica se tratara.

O buscamos la forma de cambiar este paradigma o estamos abocados al más grande de los fracasos. Deberíamos explorar con más atención el calado de nuestras emociones, dejarlas fluir con más naturalidad y observar qué explicación nos dan de lo que nos rodea y qué múltiples realidades construyen a nuestro alrededor. Podríamos empezar por aquí, dado que las emociones son el único frente abierto que resiste al dominio de la razón, aunque muy sometidas a su dictado. De lo contrario seguiremos alimentando al único enemigo que la razón ha dejado sobrevivir, por interés propio y por el dominio que le ha proporcionado sobre las sociedades, y que ahora se está convirtiendo en una fuerza tan asfixiante como la razón pura: la religión.

La religión, desde un punto de vista más dogmático, o la espiritualidad desde una visión más flexible, han sido durante miles de años las únicas vías posibles que permitían canalizar todo lo de abstracto propio de nuestra naturaleza y que, golpe a golpe, hubiera impedido la entronización de la razón. Pero precisamente por ello ya no les caben más esperanzas, más efervescencia irracional. Hoy lo sufrimos con el auge de los fanatismos, que no tratan más que imponer la razón, con su legajo de normas, leyes, manuales, prohibiciones y restricciones a la religión y la espiritualidad. Y muchos caen en la trampa, apoyando que se liquide la vía espiritual y se imponga definitivamente la razón pura y dura. Mientras la razón tuvo bajo control la espiritualidad y la religión, mostrándolas como pequeñas válvulas de escape a explicaciones irracionales de la naturaleza, la dictadura racional no estuvo en peligro. Pero hoy podemos ver cómo la propia razón está desbordándose y accediendo a un campo que debería estarle vetado. Cuando la razón entra en el mundo espiritual, éste debe empezar temblar y preocuparse.


No debería ser ese el camino. Si pudiéramos explorar la multitud de puertas cerradas capaces de aportar a nuestra existencia otras soluciones, podríamos aspirar a cambiar el paradigma de la razón. Si entendiéramos que la razón no es más que una herramienta poderosa que nos permite interpretar mejor y más prácticamente aquello que nos rodea, pero que no es la única explicación a todo, podríamos dejar intervenir en nuestros procesos de decisión otros puntos de vista más abstractos y trascendentes. Podríamos recuperar conceptos como la interpretación mítica, la emocional, la intuitiva, o simplemente relajarnos ante hechos que no precisan explicación sino que se les deje fluir.

Desde estas líneas reivindico la fuerza de las emociones y las explicaciones abstractas del universo y os animo a escuchar ese murmullo interior que llevamos todos dentro y que no es capaz de hacerse notar por encima de la dictadura racional. Hay que entender y difundir que el instinto, la abstracción y la razón son enfoques complementarios y que cualquiera de ellos es válido para interpretar y vivir en el mundo. Hagamos fuerza, entre todos podemos cambiar las cosas.

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lunes, 1 de noviembre de 2010

WHERE THE HELL IS MATT?

Matt Harding, un estadounidense nacido en 1976, decidió en 2003 dejar su trabajo en una empresa de videojuegos en Australia y emprender un viaje por varios paises del mundo con el dinero que había ahorrado. Se le ocurrió una idea aparentemente inocente: grabarse en sitios emblemáticos mientras bailaba. En 2005 colgó su primer vídeo en youtube y, para su sorpresa, a cientos de miles de internautas les pareció una idea genial. Una empresa americana de chicles le ofreció un contrato para que repitiera la experiencia haciendo publicidad de sus productos. Así fue como en 2006 colgó su segundo video y en 2008 el tercero. Este último ha sido visto por casi cuatro millones de personas en youtube.

Matt sigue viajando y explotando su idea. Os anexo la página web de Matt donde tiene colgados sus videos de viajes. El del 2008, grabado con una cámara de buena calidad, ofrece unas instantáneas del mundo impresionantes. Y la música que lo acompaña también es muy acertada. En la web tiene incluso un mapa del mundo donde se le puede localizar y ver los últimos lugares que ha visitado. Tiene una red de seguidores que son informados cuando va a visitar sus ciudades y le acompañan en el baile.

Matt Harding es un ejemplo de cómo una idea puede convertirse en un modo de vida. Y en este caso, un modo de vida muy divertido...

Esta es la web de Matt:


http://www.wherethehellismatt.com/
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