EL ARTE DE AMAR. Erich Fromm
(Mayo 2004)
Días atrás lo rescaté de su última estantería (los libros circulan por mi casa y cambian a menudo de estantería, mueble o habitación, incluso creo que a veces lo hacen ellos por sí mismos, sin ayuda de nadie, por fuerzas o intereses ocultos que se escapan a mi razonamiento) y lo puse donde están los libros más cercanos: en la mesita de noche. Y en el esfuerzo de arrancar algún minuto por aquí y otro por allá, compartiendo algún que otro avión con él, he logrado releer algunos de sus párrafos (afortunadamente cuando lo leí hace años ya había perdido la manía que solemos tener de no "marcar" o escribir o en los libros, por lo que tenía un montón de párrafos subrayados).
Se trata del libro "El arte de amar" del filósofo estadounidense de origen alemán Erich Fromm (1900-1980). Hay algunos conceptos en este libro que recuerdo me impresionaron cuando lo leí hace años y que me han vuelto a impresionar al recordarlos estos días. Sólo como preámbulo de la lectura que os recomiendo a todos los que aún no lo hayáis leído, me permito apuntaros, sin mayores profundidades, algunos de estos conceptos.
* En primer lugar, Fromm cuestiona la idea generalizada de que el principal "problema" para amar reside en poder encontrar a la persona adecuada a la que dedicar nuestro amor y que, a su vez, pueda darnos todo el suyo. Parece que el problema es encontrar el "objeto" y que la "facultad" de amar es algo que damos por hecho, como algo propio de la naturaleza humana. Fromm piensa lo contrario. El objeto debería ser algo secundario, como en realidad lo ha sido durante toda la historia de la humanidad. Sólo en los últimos años, tras la época romántica que puso en primera línea de las aspiraciones amatorias el "amor romántico", y el auge de la cultura mercantilista actual, en lo que todo puede ser comprado como objeto deseado, el "objeto" amatorio ha pasado al lugar relevante que hoy ocupa. Fromm llega a decir textualmente como crítica a este modo de enfocar el tema que "hoy dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado el mejor objeto disponible en el mercado, dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio". Esto no era así en el pasado. Antes del siglo pasado, lo importante era la "facultad" de amar, y el objeto era algo secundario por motivos que hoy en día nos parecen increíbles y detestables, pero que durante siglos mantuvieron cohesionadas a las sociedades humanas. La idea no es ahora que el objeto, es decir, la persona ideal a la que amar y que nos ame deje de tener su importancia. Es un logro reciente que podemos y debemos conservar. Pero este logro no debe hacernos perder de vista que lo importante es "adquirir", "potenciar" y "cultivar" la facultad de amar, que Fromm define con claridad como un ARTE. Si se domina la facultad, el arte de amar, el objeto deja de ser "lo más importante de todo".
* Otra idea que me parece interesante es la explicación que da a ese amor pasional que se desborda cuando nos enamoramos y que, con el tiempo, va cambiando hacia un amor distinto, más calmado, más racional. Cuando alguien compara estas distintas formas de amar suele pensar que la "mejor", la que representa más adecuadamente al amor, la que tendríamos que conservar para siempre es la primera de ellas. Fromm critica a los que piensan que el amor pasional es el que debería regir en todo momento el amor entre dos personas. Y la explicación que da al amor pasional es muy original: cuando dos personas se enamoran es porque de pronto dejar caer las barreras que les separaban, se sienten cercanas y unidas y ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes de la vida. Pero al final, ese estar locos el uno por el otro, ese apasionamiento que se considera una "prueba" de la intensidad del amor, ¡no es más que una muestra del grado de soledad anterior!.
* Dejo para el final el concepto que más me impresiona. Fromm critica el error fundamental que todos cometemos al equipara "dar" con "renunciar a algo". Vuelve a imperar en esta idea el mundo mercantilista en el que nos encontramos inmersos. Amar es fundamentalmente dar, pero dar no suponer renunciar a nada. ¿Qué puede dar una persona a otra?. ¡Ah, su vida!. Su alegría, su interés, su comprensión, su conocimiento, su humor, su tristeza, y tantas y tantas cosas. Y dar la vida tiene que ser placentero por sí mismo, sin esperar nada a cambio. ¡Porque a cambio siempre se recibe!. Se recibe la dicha de ser un dador y si esa dicha no existe... no existe amor. Renunciar significa sufrir una privación. ¡Por eso amar no puede significar renuncia!. En el arte de amar, el dar de tu vida tiene que ser placentero por si mismo, por la felicidad de poder tener qué ofrecer y porque en ello está la expresión de nuestra vitalidad. Y sólo si apreciamos este concepto en lo que vale, seremos libres para amar y estaremos capacitados para hacerlo. Dar, dar, dar, ¡éste es el secreto del amor!. Cuando se supera el "yo no hago más que dar y no recibo nada a cambio" es cuando más cerca estamos de ser unos auténticos "artistas" en el arte de amar.
Hay más, mucho más, en este libro. Y es más, mucho más lo que me gustaría compartir con vosotros. En otra ocasión.
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