domingo, 28 de agosto de 2011

MI VIEJO TOCADISCOS PORTÁTIL !!!


¡He encontrado mi viejo tocadiscos portátil! Y lo que es mejor, tras más de 30 años de retiro... ¡funciona! Bueno, funciona regular, pero funciona, aunque de momento sólo a 45 revoluciones. A 33 se encalla, pero supongo que eso tiene solución.

Un tocata portátil era el rey de las fiestas (los guateques de la época). A principios de los 70 no todas las casas tenían tocadiscos, por lo que si querías disfrutar de una tarde de música y baile, un tocadiscos portátil y encima a pilas era todo un fenómeno. No había mucha música donde elegir, apenas un par de docenas de discos, muchos de ellos singles, es decir, con dos canciones: una en la cara A y otra en la B. Pero se repetían las que gustaban y las horas iban pasando.


Por aquel entonces las "fiestas" tenían un tiempo para "las rápidas" y, el momento de la verdad", otro para "las lentas". En los 70 no era fácil aproximarse a una chica y aunque a los 13 ó 14 años en las "fiestas" los padres solían estar por la casa "controlando", el tiempo de las lentas era el momento estelar de toda fiesta.


En fin, que el tocadiscos me ha traído viejos recuerdos...

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2 comentarios:

  1. Fíjate que yo también hace unos días "recobré" mi primer tocadiscos. Encontré en un establecimiento de beneficiencia que vende chácharas usadas a bajo precio un tocadiscos mucho muy parecido al que yo tuve cuando tenía 10 años. Me lo había regalado una abuela para mi cumpleaños, y estuvo conmigo hasta los 16 años pues lo vendí pues ya me había conseguido uno estereofónico. Pues este tocadiscos dijéramos que es "hermano" de el que yo tuve, pues la manufactura es del mismo estilo, la marca es la misma, y el radio-amplificador es exactamente igual (es un sencillo radio AM), tal vez con la diferencia de que el mío me lo regalaron en 1980; o sea, que debió haber sido fabricado en el período de 1979-1980, y el que compré hace unos días tiene fecha del año 1977. Como suele suceder con las cosas usadas que llega el momento en el que acaban arrumbadas y olvidadas en algún rincón de la casa, el tocadiscos estaba empolvado y mugroso; le faltaba el brazo, y la polea estaba dañada por haber dejado la perilla de las revoluciones puesta por mucho tiempo sin usarlo, ¡Pero el radio-amplificador funcionando bien todavía!. En una semana más o menos, me avoqué a restaurarle su brazo, lo más parecido al original (por lo menos en funcionamiento), su cápsula fonocaptora original y su aguja... Lo que pasa es que tengo partes de muchos otros tocadiscos que he desarmado para aprovechar las partes en otras reparaciones, y buscando entre el montón de piezas sueltas encontré todo lo necesario para hacerle su brazo, y así devolverle la vida. Restaurar ese pequeño tocadiscos fue para mí algo casi "mágico": Los recuerdos de mi infancia con mi primer tocadiscos y lo que lo disfruté en mis momentos de soledad o con algunos compañeritos de la escuela Primaria se agolpaban en mi mente, y fue una sensación semejante a cuando vas al cine, te adentras tanto en la trama de la película que cuando sales de la sala de proyección hay una especie de "choque" entre lo que fue ese momento de ficción y el tener que volver a la realidad de la vida cotidiana. Fueron unas horas de trabajo concienzudo verdaderamente deliciosas, diseñando el brazo, alineándolo, calculando el peso (o fuerza de tracción) de la aguja sobre el disco, haciendo el cableado y las conexiones, pruebas, limpiando y lubricando el sencillo mecanismo del selector de las revoluciones, reviviendo la polea, ajustando la velocidad del motorcito... ¡Hasta que el tocadiscos quedó trabajando como se debe!. Después, procedí a darle mantenimiento a todas las partes móviles (control de tono, volumen, switches de selección "Fono-Radio", "C. Alterna-Pilas", etc.) del radio-amplificador, que de todas maneras funcionaban bien (de pasada le agregué unos filtros nuevos a la fuente de poder, que permitía el paso de corriente mal filtrada y provocaba un zumbido muy molesto). Para terminar, limpié a conciencia el gabinete que estaba bastante percudido, hasta que recuperó la brillantez y la intensidad original del color del tapiz, que afortunadamente tenía daños mínimos (probablemente este tocadiscos perteneció también a algún infante, dado que la tapa superior del gabinete tenía restos de pegamento escolar), y abrillanté en lo que pude las partes metálicas de los broches que la aseguran para que no se abra... ¡Total, que el tocadiscos rejuveneció 30 años!; ¡Escuchar ya "formalmente" el primer disco (de los mismos discos que de niño ponía en el otro, y que hasta la fecha conservo) fue como hacer un viaje en el tiempo: ¡Me olvidé de todo a mi alrededor y volví a ser un niño de 10 años por unos minutos!... ¡Este tocadiscos a mí, al igual que a ti, me ha traído viejos recuerdos!... =)

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  2. Gracias por comentar y expresar de forma tan linda tu sentimiento. Encontrar motivos para la emoción en objetos que te recuerdan tu pasado es agradable y nos humaniza. Gracias.

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