miércoles, 9 de marzo de 2011

PETRÓLEO Y OTRAS COSAS


El clima de guerra civil que parece se está apoderando de Libia, ha puesto sobre la mesa el problema que podría derivarse de un bloqueo de las fuentes de petróleo, en el caso de que la crisis de los gobiernos árabes se extendiera aún más y llegar incluso a afectar a la todopoderosa Arabia Saudí. Me gustaría exponer algunos comentarios al respecto:

* En las tertulias televisivas donde se aborda el tema con seriedad, así como en las crónicas que aparecen a diario en nuestros periódicos, haría falta la presencia de alguna persona conocedora del tema y que tuviera una visión mínimamente positiva. Es decir, la posibilidad de que la situación empeore, que se desencadene una guerra civil en todos los países árabes, que se bloquee el suministro de petróleo o que se encarezca hasta máximos inasumibles por paises como España y que de todo ello se derive un caos en Europa, con una crisis económica sin precendentes (está sí), es de igual magnitud que todo ello no ocurra. Seamos sensatos: el futuro no está escrito y los grandes desastres históricos o económicos nunca suelen favorecer su predicción, al contrario, suelen ocurrir cuando nadie se lo espera (de lo contrario podríamos tomar medidas con anticipación y dejarían de tener la gravedad que tienen...).

* La enorme dependencia del petróleo que tenemos los países desarrollados obedece en buena medida a un status quo geopolítico que, de momento, no le interesa a nadie cambiar. Las cosas están así, hay multitud de contraros y de intercambios comerciales que se basan en este status quo y numerosos núcleos de influencia en uno y otro sentido que impiden que todo ello cambie. Pero no nos engañemos: si mañana nos quedáramos de pronto sin petróleo, la geopolítica cambiaría al instante y los grupos de influencia derivarían hacia otro status quo, centrado en la energía nuclear, en las energías ecológicos (hidroeléctricas, eólicas, solares...) o la energía extraída de la propia agua (el uso del hidrógeno como combustible prácticamente inagotable...). En fin, que todo es como es pero que podría ser de otra manera radicalmente diferente si la situación nos obliga a ello. Sin mayores dramatismos que el necesario tiempo para ajustarse a los cambios (sí, sí, claro que sufriríamos una crisis de grandes dimensiones, empresas que no podrían adaptarse con rapidez, estados que pasarían a ser dependientes de otros, parón económico, paro, crisis financiera, etc., pero tras unos años, saldríamos de ello y viviríamos en otro paradigma).

* Centramos el peligro de la escasez de recursos naturales en el petróleo, porque lo vemos desde el punto de vista de país desarrollado (lo mismo ocurre en los países productores). Pero en mi opinión, la verdadera crisis a corto plazo que va a vivir el planeta va a estar relacionada con la escasez de agua potable. Sólo hay que ver el mapa siguiente y la curiosa coincidencia de abundancia de petróleo con la ausencia de agua potable en los mismos países...


Hoy es el petróleo y cada región juega a lo que juega y mañana será quién sabe qué (el agua, la energía nuclear -más de 30 centrales nucleares en construcción en China-, etc.) y los jugadores cambiarán de rol. Así es la historia.

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