lunes, 10 de octubre de 2011

NO ES NADA PERSONAL...


Estoy harto de escuchar eso de la vida profesional y la vida personal. Hay personas que se pasan el día con “en el trabajo tengo que comportarme así, esto no lo haría en mi vida personal” ó viceversa, “esto nunca lo haría en mi trabajo”. O la típica y tópica frase que alguna vez os habrá soltado un jefe: “no es nada personal, sólo es trabajo” ¡Al diablo con todo ello! Yo sólo soy uno y soy el mismo cuando estoy ocupándome de mi trabajo o cuando estoy sentado en el sofá de mi casa. No busquemos falsas excusas: si en el trabajo nos comportamos de una forma que no aceptaríamos hacer con nuestra familia o al revés, algo está fallando en nuestro esquema vital. Por supuesto que en el trabajo hay que poner en acción todas nuestras competencias profesionales, faltaría más, no me refiero a ello. Me estoy refiriendo a los comportamientos. Una persona no puede ser simpática y el rey de la fiesta en la oficina y después ser un tipo serio con tendencia a ser desagradable en su entorno familiar. Ni puede ser un dictador sátrapa con los colaboradores del despacho y a la vez una especie de zen budista en su hogar. Lo de “no es nada personal” es una frase que inventó hace décadas algún mal directivo que no tuvo el valor de mirar a los ojos directamente a su interlocutor y explicarle el por qué de sus decisiones y la responsabilidad “personal” que asumía con ellas. ¿Qué se sufre con ello? Nadie dijo que ser jefe fuera fácil.



En mi opinión, lo más saludable es ser siempre la persona que queremos ser, la que somos, en cualquier lugar en el que estemos. Por supuesto que hay momentos en que hay que utilizar el guión del protocolo, pero esos momentos se producen tanto en el entorno laboral como en el familiar, ¿o no?


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4 comentarios:

  1. No, no es fácil ser jefe y bien que lo sabes, pero vista ya desde lejos la situación, situado en la reserva, me atrevería a definir tres estilos: puede optarse por dejar la cartera fuera de casa al regreso diario y con ella los problemas, las vivencias, etc., o bien puede dejarse la cartera de casa, el ser humano, familiar y comprensivo, fuera del despacho, al llegar al trabajo. Queda otra alternativa, que no es otra que poner en una cartera todas la vivencias y llevarla siempre consigo: los buenos y malos momentos, las responsabilidades, las obligaciones, las emociones...
    Solo el hecho de plantearse esta cuestión, dice mucho de un jefe. A veces, solo falta tener gente que merezca ser dirigida con este talante; pero eso forma parte del trabajo.

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  2. Gracias por comentar! Aunque pese el doble, yo prefiero llevarlo todo en una sóla cartera... así no corro el riesgo de llevar la equivocada y olvidarme la que toca en un sitio u otro...

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  3. Excelente reflexión por parte de ambos. Me habéis ayudado sin saberlo. Creo Josep tiene razón yo también prefiero llevarlo todo en una cartera, de hecho eso es lo que hago, pero hay ocasiones, circunstancias "en especial las que hoy vivimos" donde cada vez resulta más difícil ser uno mismo. Porque una cosa es lo que nos gustaría hacer y otra muy distinta la que debemos hacer. No siempre van unidas, pero cuando debo dar una explicación a mis colaboradores, jamás suelto lo de "no es nada personal, es trabajo" no creo en esta frase.. intento dentro de mis posibilidades que entiendan las circunstancias excepcionales que me llevan a tomar ciertas medidas, sin dejar de ser yo.

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  4. Gracias "Dama Blanca" por comentar. Una cartera, una vida, un corazón y mil razones. Nosotros lo merecemos así... nuestros colaboradores también! Sigo tus posts en tu blog, ¡anímate, que es una delicia leerte!

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