Que la disponibilidad de agua potable es ya un problema grave a nivel mundial no debe sorprender a nadie. El desarrollo económico multiplica el consumo de agua hasta límites bochornosos. Personalmente estoy convencido que algún día encontraremos la fórmula para aprovechar los enormes recursos hídricos que este planeta tiene depositados en los lechos marinos. En realidad, el planeta no tendría que llamarse Tierra, sino Mar, dada la diferencia abrumadora de superficie ocupada por este último (70%) en relación a la superficie terrestre. Pero mientras no seamos capaces de eliminar la sal de las aguas marinas de una forma económicamente rentable y ecológicamente razonable, el agua potable seguirá siendo un bien escaso y mal repartido.
Por tener una idea cuantitativa, cabe saber que sólo el 2,5% de toda el agua del planeta es agua dulce y que la mayoría de ésta está depositada en los polos y los glaciares, quedando sólo un 0,5% del total del agua planetaria a nuestra disposición.
La presión demográfica a la que el ser humano está sometiendo el planeta está poniendo a prueba la capacidad de negociación sobre los recursos hídricos entre los diferentes colectivos humanos. No hay que ir muy lejos para constatar esta afirmación, ya que sólo hay que dar un vistazo a lo que ocurre en nuestro propio país, donde el acceso a suministros de agua está cobrando un protagonismo en los medios de comunicación que apenas existía hace unos pocos lustros.
El agua será en consecuencia el diamante del futuro, moneda de cambio que posiblemente acabe teniendo un precio que obligue a su racionalización. También soy optimista en este punto, ya que no parece razonable que sigamos utilizando el agua en los medios de producción agrícolas como empezamos a hacerlo hace miles de años, inundando los campos de cultivo y desaprovechando el 90% del agua utilizada para ello. El 65% del agua que se consume se dedica a la agricultura, el 25% a la industria y sólo el 10% al consumo humano. Estos porcentajes son medias mundiales, si nos referimos sólo a países en desarrollo, el porcentaje dedicado a la agricultura se incrementa de forma significativa, llegando a más del 80%. Ya existen fórmulas eficientes para utilizar el agua precisa que necesitan los cultivos, pero su coste aún es elevado y la mayoría de países en desarrollo no podrían hoy atender a obligaciones de uso de sistemas alternativos. Cuando el agua sea un problema grave, la cosa cambiará (las cosas a veces necesitan estropearse mucho para acabar teniendo solución). Actualmente se estima que 2.300 millones de personas están sometidos a presión hídrica, es decir, están sometidos al riesgo de sequías y restricciones, y 1.700 millones sufren ya directamente penurias por el acceso al agua.
El motivo de este texto es difundir unos datos que encontré recientemente en un artículo en la edición española de la revista Foreign Policy y que me dejaron muy sorprendido. La sorpresa no viene tanto por la complejidad del dato, sino por no haber caído en la cuenta de ello antes. Lo presento como en la revista, mediante preguntas con diversas opciones de respuesta y la solución al final, ya que así los datos aún sorprenden más.
Ø ¿Qué cantidad de agua se necesita para cultivar un kilo de trigo?
a) 10 litros b) 100 litros c) 1.000 litros
Ø ¿Qué porcentaje de las enfermedades del mundo en desarrollo puede atribuirse al agua no potable?
a) 20% b) 50% c) 80%
Ø En los países en desarrollo, ¿qué distancia media diaria debe caminar la mujer para traer agua? (Las mujeres son las que suelen encargarse de esta tarea…
a) 1 kms. b) 3 kms. c) 5 kms.
Ø ¿Qué porcentaje de la población mundial no tiene acceso a sanitarios?
a) 12% b) 23% c) 38%
Ø ¿Qué porcentaje de la población mundial depende del agua extraída de la llanura tibetana?
a) 12% b) 24% c) 47%
Ø ¿Cuánto se necesita para producir 1 litro de agua embotellada?
a) 1 litro b) 2 litros c) 3 litros
Las respuestas son:
Ø Para conseguir un kg de trigo se necesitan 1.000 litros de agua. Nada comparable a los más de 10.000 litros necesarios para conseguir un kg de carne de ternera. Para estos cálculos podemos utilizar lo que se llama la regla del 10x100: para alimentar 500 kg de un animal carnívoro se necesitan 5.000 kg de herbívoro que, a su vez, han necesitado 50.000 kg de masa vegetal (trigo, maiz, cebada) que para ser cultivadas han necesitado nada más y nada menos que ¡más de medio millón de litros de agua!. Es uno de los motivos por los que los herbívoros son mucho más numerosos que los carnívoros, cuestión de eficiencia y posibilidades.
Ø El agua en mal estado es responsable de más del 80% de las enfermedades en los países en desarrollo, según un estudio de la ONU. El 30% de las muertes en estos países deben atribuirse al agua de mala calidad. Es una cantidad desorbitada e impresionante.
Ø Según UNICEF, en los países en desarrollo las mujeres y las niñas caminan una media de 5 kms diarios transportando de media 20 litros de agua. En las zonas rurales de África, las mujeres a menudo llegan a caminar 10 kms diarios que llegan hasta los 20 en época seca. Y no sólo se trata de un problema derivado del esfuerzo físico que acarrean estos desplazamientos, sino que además obligan a las mujeres a distanciarse de sus poblados e incrementa el riesgo de que sufran agresiones de todo tipo, aparte de privarlas de asistir a las escuelas y recibir formación.
Ø Los servicios sanitarios constituyen uno de los mayores avances en cuestión de salud pública, pero 2.600 millones de seres humanos, dos de cada cinco, carecen de acceso a ellos y no tienen conexión a redes de alcantarillado. Se calcula que cada día esta triste realidad cuesta no menos de 5.000 muertes de niños por infecciones.
Ø Otro dato increíble: la meseta del Tibet es la principal fuente de recursos hídricos de Asia (y del planeta), alimenta a 10 de sus mayores ríos y proporciona agua a prácticamente la mitad de la población mundial (47%). Hay que tener en cuenta que más de una cuarta parte de la geografía China está catalogada como desierto y que los glaciares de las cordilleras tibetanas abastecen a gran parte de su población, así como la de otros países superpoblados de la zona, como India por ejemplo. Que tanta gente dependa de algo ecológicamente tan sensible como son los glaciares de una zona tan concreta del planeta representa un peligro a medio plazo que debería tenerse muy presente.
Ø Se estima que para producir un litro de agua embotellada se precisan 3 litros de agua natural, el que va dentro de la botella y dos más que se consumen en el proceso de producción.
Desde nuestra aparente seguridad occidental, duele darse de bruces con estas cifras. Pero si observamos lo que ya está pasando en nuestro país, con las peleas políticas, manifestaciones, etc. que está dando lugar la distribución del agua, imaginemos por un momento el futuro que nos espera si no espabilamos y nos ponemos de verdad a investigar en un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos y en ayudar a los países en desarrollo para la mejora de sus infraestructuras sanitarias.
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